Evolución

Una bacteria antimachos

Una investigación reciente suma evidencias para considerar que una bacteria, llamada Wolbachia, es la responsable de provocar la desaparición de los machos en determinadas especies de gorgojos. En esas poblaciones sólo quedan hembras que se reproducen sin necesidad de fertilización masculina. El mecanismo es tan eficaz que se convierten en verdaderas plagas para los cultivos.

28 Feb 2019 POR
Wolbachia es la principal sospechosa de ser la responsable del cambio de sexo en algunos gorgojos.

Wolbachia es la principal sospechosa de ser la responsable del cambio sexualidad en algunos insectos.

Wolbachia no es una banda de rock, ni una importante ciudad europea, sino una verdadera diva de la biología. Es la bacteria más abundante, más diversa y versátil de toda la biota, según expertos, y no deja de sorprender. Ella es la principal sospechosa del cambio de sexualidad de algunos insectos. Tal es el caso de los gorgojos naupactinos.

Estos animales no son los habitualmente conocidos por encontrarse en las harinas, y afectar su consumo. Son otros, y también hacen destrozos: comen, comen y comen raíces así como hojas de plantas hasta devastarlas. En algunas especies, el macho desapareció y se sospecha que Wolbachia tuvo algo de responsabilidad. Sólo quedaron hembras, que se reproducen solitas sin necesidad de fertilización masculina. Es decir, son asexuales. Estas gorgojas no pierden energía ni tiempo en el cortejo y reproducción. Ellas se multiplican eficazmente convirtiéndose en exterminadoras agrícolas, verdaderas plagas.

En este mundo minúsculo de seres de unos dos centímetros de longitud, un equipo de Exactas UBA detuvo su mirada en Pantomorus postfasciatus. “Este gorgojo tiene un modo de reproducción mixto, con poblaciones tanto bisexuales como unisexuales, en su mayoría dispersas a lo largo de las orillas de los ríos Paraná y Uruguay, y en el sur de Brasil”, describen Agustín Elias-Costa, Viviana Confalonieri, Analía Lanteri y Marcela Rodriguero en el trabajo publicado en Molecular Phylogenetics and Evolution.

En algunas especie de gorgojos, el macho desapareció y se sospecha que Wolbachia tuvo algo de responsabilidad.

En algunas especies de gorgojos el macho desapareció.

Estos investigadores recorrieron esas zonas de Sudamérica y colectaron 64 ejemplares. Entre ellos, hallaron poblaciones de gorgojas asexuales, en las que todas eran hembras, pero también dieron con grupos donde había algunos machos. “No son fáciles de encontrar ni tan frecuentes, pero hallamos linajes sexuales”, destaca Rodriguero ante la importancia de contar con las dos posibilidades de reproducción a la vista. “Nos apareció en vivo y en directo la transición entre la sexualidad y asexualidad de estos animales”, remarca.

Era una oportunidad para observar si la bacteria Wolbachia tenía algo que ver con este cambio de reproducción: de pasar de multiplicarse por el intercambio de la hembra con el macho, a otra forma sin sexo, conocida como partenogénesis, del griego parthenos, que significa virgen y genesis, origen.

Tras los estudios en el laboratorio “vimos que las hembras que podían reproducirse sin necesidad de haber copulado, tenían la bacteria Wolbachia. En cambio, no estaban infectados los que se reproducían sexualmente”, puntualiza la doctora en biología Rodriguero, desde el Departamento de Ecología, Genética y Evolución de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (IEGEBA, CONICET-UBA).

Con estos resultados, ellos consideran “altamente probable que Wolbachia esté implicada en la transición de la sexualidad a la asexualidad de estos gorgojos”.

Sorpresas da la vida

Si bien restan más estudios en este campo, en las últimas investigaciones los científicos se han llevado una sorpresa. Es que al observar los gorgojos tanto sexuales como asexuales “a simple vista eran iguales, pero cuando se los estudiaba a nivel molecular resultaban muy distintos. Es decir que, la hembra de la especie infectada, al no cruzarse con el macho de la otra, ya no intercambia genes. La divergencia acumulada es tal que uno ya podría decir que están evolucionando de modo independiente. Esto, creemos también, es un elemento más a favor de que la bacteria está actuando en el aislamiento reproductivo entre ambos grupos, el infectado y no infectado”, subraya Rodriguero.

Por último, en los seres humanos, Wolbachia puede afectar con ciertas particularidades. Es que algunas cepas de la bacteria pueden ingresar al cuerpo de una persona a través de un gusano parásito y dañar. “Produce algunos de los síntomas de una enfermedad conocida como ceguera del río, que afecta principalmente a la población de África, entre otras”, indica.

Y, la pregunta infaltable: ¿Wolbachia es capaz de incidir en la procreación de los humanos? “Los mamíferos no pueden ser asexuales. Los seres humanos necesitan de los dos sexos para reproducirse”, concluyó.