Erupciones cada 150 años en Nahuel Huapi
Alrededor de 120 erupciones se registraron en los últimos 19 mil años en la cuenca del Nahuel Huapi, según un estudio reciente. También indica que se trata de una zona frecuentemente afectada por el vulcanismo, por lo cual, es necesaria la implementación de planes de contingencia.
“En los últimos 19 mil años hubo al menos 120 erupciones en la cuenca del Lago Nahuel Huapi. No se puede predecir cuando será la próxima, pero si uno hace un promedio tiene lugar una eclosión volcánica cada 150 años. A veces toca en el término de una vida humana, y otras veces hay un silencio de más de mil años”, relata Juan Manuel Lirio, recientemente doctorado en geología en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.
El paisaje apacible que aquieta el alma de quien lo contempla tuvo al parecer un origen tumultuoso. “El vulcanismo junto con los terremotos han cambiado la geografía de la zona”, puntualiza este investigador. “Hace 19 mil años la desglaciación originó un gran lago denominado Elpalafquen que incluía al actual Nahuel Huapi, Guillelmo, Mascardi, Gutiérrez, Correntoso y Espejo y otros lagos más pequeños como Moreno, El Trébol y Escondido”, relata. En ese entonces, la zona del Llao Llao que ahora se llega por tierra era un grupo de cinco islas alargadas, y la playa estaba a 47 metros por encima de la actual cota del lago Nahuel Huapi.
“El nivel de esa gran masa de agua bajó abruptamente en tres ocasiones. Las causas de esos descensos no fueron climáticas, sino sismos relacionados con el vulcanismo andino”, precisa. Esos movimientos telúricos rompieron el dique natural o tapón de aquel gigantesco lago que drenó parte de su caudal. “El gran paleolago se volvió cada vez menos profundo, y permitió la formación de lagos más pequeños y someros, algunos aislados como los lagos Escondido y El Trébol”, puntualiza tras estudiar las muestras de sedimentos de los lagos Moreno, El Trébol y Escondido. “Se estudian testigos lacustres, porque son como un libro de historia que registra los cambios ambientales y climáticos ocurridos en la región. Como si fuera un sacabocado se extraen muestras de los sedimentos que durante miles de años se fueron depositando en el fondo del lago y se los analiza”, describe.
Si bien el trabajo de tesis llevó a Lirio cuatro años de trabajo, hace más de diez años que este investigador del Instituto Antártico Argentino estudia testigos lacustres de Bariloche. “El testigo sedimentario –explica- da cuenta de cuando hubo erupciones porque quedan cenizas volcánicas. En los últimos 19 mil años hay 120 erupciones registradas en los testigos”, contabiliza. Al ser consultado, si ese número daba cuenta de una alta actividad, respondió: “Es intensa. No es una zona tranquila. Se observa en los testigos que hace unos 2.200 años el Complejo Cordón del Caulle entró en erupción, mientras Bariloche recibió 7 centímetros de ceniza, Villa La Angostura recibió más 200 centímetros. Se trata de una zona que frecuentemente es afectada por el vulcanismo, hay que tomar conciencia de ello y hacer planes de contingencia”, evaluó.
Si bien puede ocurrir que por varios siglos no se presenten nuevos episodios de cenizas en la zona, siempre es conveniente estar prevenido. “Al comparar el registro lacustre cercano a Bariloche con el lago Puyehue de Chile, se comprueba que siempre recibimos en la cuenca del Nahuel Huapi más del doble de cenizas volcánicas (en relación con el país trasandino) a causa de los vientos del oeste”, concluye.