Un físico de Exactas UBA, desde Guyana
Presente en el momento del despegue, el físico Fernando Lombardo dio su testimonio minutos después de que el ARSAT-1 fuera liberado en el espacio con éxito.
Ocurrió lo que estaba previsto, al detalle. Pese a las demoras iniciales por mal tiempo, que le dieron a la tarde Argentina la tensión justa que requiere la tradición épica, el cohete Ariane-V logró despegar e hizo su trabajo sin problemas: dejó al ARSAT-1 a su órbita inicial, treinta y tres minutos y medio después de su lanzamiento. A los pocos minutos, ocurrió el desacople que permitió que, en primer lugar, se eyectará el satélite estadounidense que viajaba con el ARSAT-1 y, finalmente, ocurriera lo propio con el satélite argentino. Si bien esa operación fue muchísimo menos espectacular, era tan esperada y generaba tanta tensión como la ruidosa salida del cohete.
Minutos después de tantas emociones, Noticias Exactas se puso en contacto con el físico Fernando Lombardo, profesor del Departamento de Física de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, que tuvo el privilegio de presenciar el despegue desde la base de Kourou, en Guyana. A dos metros de la sala de control, en medio de una pequeña multitud de técnicos, directivos, funcionarios exultantes y medios de todo el mundo, Lombardo di su testimonio. “Fue increíble, emocionante. Todos festejaron mucho y más todavía después de las demoras y los miedos de que todo se pudiera suspender. Pero todo salió muy bien. Y el momento del último desacople fue el fue impresionante porque era en el que más miedo había… Cuando se desacopla el Intersat del ARSAT podía perderse todo… Ese era el momento en que todo el mundo tenía miedo pero ahora ya no depende más de cohete lanzador y está navegando por su cuenta”, indicó el físico.
“Lo que advierto de esta experiencia”, sostuvo Lombardo poniendo en perspectiva la escena que acaba de presenciar, “es que está claro que el desarrollo científico y tecnológico de la Argentina está llegando a un nivel donde también se puede vincular con la industria, con las empresas. Y de verdad, no es solo una declamación”. Todavía emocionado, destacó que “esta es la comprobación de que el sistema académico sirve y derrama en tecnología de alto impacto. Este proyecto está hecho a partir de personas formada en la argentina y técnico que trabajan en la Argentina… Que la formación académica de alto rendimiento termine en cruces para mejorar la vida de todos es, necesariamente, el gran impacto de todo esto”.