Una apuesta nacional
El presidente de la empresa ARSAT, Matías Bianchi, recibió a periodistas en la Base Terrena de Benavídez y habló de la inminente puesta en órbita que se convertirá en un hito de la industria espacial argentina. El ARSAT-1 será el primer satélite de órbita geoestacionaria llevado al espacio por un país latinoamericano. Y no sólo eso, son ocho los países a nivel mundial capaces de una operación semejante.
Se viene. El jueves próximo, 16 de octubre, el cohete francés Ariane despegará de la base de Guyana Francesa, transportando al satélite ARSAT-1. Lo soltará en una órbita a 250 kilómetros de la Tierra. A partir de ahí, el equipo de la Estación Terrena Benavídez de la empresa tomará control del satélite y durante 30 días su personal irá dirigiendo el ascenso hasta la altura definitiva en órbita geoestacionaria, a más de 35.000 kilómetros sobre el nivel del mar. El éxito de esta operación marcará un hito pionero en la historia de la industria espacial de la región: será la primera vez que un país latinoamericano haga la puesta en órbita geoestacionaria de un satélite. Y más todavía, pasará a integrar la elite de los países capacitados para un proyecto semejante: Estados Unidos, Rusia, China, Japón, Israel, India y la Eurozona.
En el marco de pruebas y simulaciones, la empresa ARSAT invitó el viernes pasado a un grupo de medios de comunicación a visitar la Estación Terrena Benavídez, el centro de operaciones desde donde será posible poner en órbita al satélite ARSAT-1. Noticias Exactas participó de la iniciativa y tomó testimonio de la palabra del presidente de la empresa, el ingeniero Matías Bianchi.
“Si no ocupamos la posición orbital asignada por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, la perderíamos, por eso decimos que el lanzamiento del ARSAT-1 significa afirmar nuestra soberanía satelital y con un satélite construido en la Argentina”, sostuvo Matías Bianchi, recordando, a su vez, que “ARSAT es una empresa completamente del Estado argentino, 98% del Ministerio de Planificación y 2% del Ministerio de Economía”, nacida en el año 2006 a partir de los activos de la empresa alemana Nahuelsat S.A., que explotaba la posición orbital de 72o, la que ahora ocupará el ARSAT-1.
Como empresa operadora de servicios satelitales, desde su inicio ARSAT viene dando prestaciones a través de un satélite alquilado. “Con ARSAT-1, iremos trasladando los clientes a este nuevo satélite. El ARSAT-1 está diseñado para dar servicio en Argentina y países limítrofes. Tiene toda la potencia enfocada sobre nuestro territorio. Eso nace de una decisión diferente de lo que haría un privado: le decisión de dar cobertura sobre la Argentina y dar un servicio de calidad que no tienen otros satélites. Esto es posible al ofrecer servicio sobre un territorio más limitado”.
La empresa que preside Bianchi trabaja con múltiples plataformas detrás del objetivo de llevar comunicación a todo el territorio nacional, incluso a los lugares más alejados. En 2010, ARSAT incorporó el proyecto de Televisión Digital y de la red nacional de fibra óptica. Desde la empresa se desarrolla, implementa y opera la infraestructura de la TDA, tanto de manera terrestre como satelital. También está entre sus tareas proveer 58 mil Km. de fibra óptica, que permitirán alcanzar más del 90% de la población con conectividad de alta capacidad.
– ¿Qué partes del ARSAT-1 son de origen nacional?
– La construcción estuvo a cargo de la empresa estatal INVAP. Todo el diseño fue hecho en la Argentina. Dentro de ese diseño, hubo que tomar la decisión de comprar o fabricar algunas partes. La carga útil es de origen francés, la propulsión es alemana. Toda la integración fue hecha en la Argentina, también los paneles, la estructura, que tiene una tecnología especial de fibra de carbono. La computadora de actitud fue desarrolla por INVAP y es el corazón del satélite. También es desarrollo propio todo el software con el que se lo opera. Fue un trabajo notable y se fueron transfiriendo avances al desarrollo del ARSAT-2, que está muy avanzado. La comprobación de que cumplimos con la calidad esperada es que conseguimos asegurar el satélite sin problemas por los 15 años de vida útil del satélite, cosa no común en el mercado asegurador internacional.
– ¿Cómo se entrenó el personal de la Estación Terrena?
– Hicimos varios ensayos donde se simula el lanzamiento y se simulan situaciones problemáticas y se aprende cómo corregir estas situaciones. Se trabaja con el simulador y con el software de operaciones.
– Se trabajó en forma coordinada con otros organismos del Estado. ¿Qué valor deja esta experiencia?
– Nuestro trabajo tiene una mirada de aplicación en otras industrias, por eso también estamos trabajando con el Ministerio de Ciencia, para que, desde una mirada integral de la industria, se puedan tomar determinados desarrollos tecnológicos y aplicarlos en otra áreas. Un ejemplo es la creación del Centro de Ensayos de Alta Tecnología, donde se hicieron las pruebas de vibraciones del satélite, que nos va a permitir ensayar autos, electrodomésticos, teléfonos celulares, hacer cosas que se están haciendo afuera. Hay que tener en claro que no es sólo hacer un satélite para dar comunicación sino que esto permite abrir múltiples posibilidades.
– ¿Se pueden dar servicios a terceros?
– Nuestra misión es mantener siempre llena la sala limpia de INVAP, que es la que se usa para armar satélites. No podemos perder las capacidades que conseguimos. A esa sala limpia no la podemos llenar con satélites destinados a la Argentina porque no tenemos una necesidad semejante, pero podemos trabajar para otros países. Tenemos que darle una continuidad. Si hay baches, de una misión a otra de cuatro, cinco años, se pierden los recursos humanos, se echa a perder lo que se avanzó.