¿Por qué llovió tantos días seguidos?

Recientemente, experimentamos una serie inusualmente larga de días lluviosos. De hecho, entre fines de julio y principios de agosto en la ciudad de Buenos Aires llovieron 11 de 14 días consecutivos. Estas lluvias provocaron importantes inundaciones en diversas regiones del país. Pero, ¿a qué se debió este fenómeno? Las rachas de varios días lluviosos se producen en un… Ver artículo

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Lluvia diaria caída en la Ciudad de Buenos Aires entre el 18 de agosto de 2014 y el 17 de agosto de 2015 registrada por el Servicio Meteorológico Nacional

Recientemente, experimentamos una serie inusualmente larga de días lluviosos. De hecho, entre fines de julio y principios de agosto en la ciudad de Buenos Aires llovieron 11 de 14 días consecutivos. Estas lluvias provocaron importantes inundaciones en diversas regiones del país. Pero, ¿a qué se debió este fenómeno?

Las rachas de varios días lluviosos se producen en un determinado lugar (como el este de nuestro país) por la persistencia de determinadas condiciones atmosféricas que se mantienen por varios días. La naturaleza caótica e impredecible de la atmósfera es capaz de generar estas condiciones meteorológicas «estacionarias». Pero, también fenómenos como el Niño, relacionado con la influencia del océano tropical en el clima, pueden facilitar y promover su ocurrencia.

En especial, el actual fenómeno del Niño parecería haber tenido un papel importante en promover las condiciones para que ocurra la larga secuencia de días lluviosos.  El fuerte calentamiento que el Niño produce en el centro del océano Pacífico tropical, es capaz de alterar no sólo la circulación atmosférica en esa región particular, sino también la de zonas mas alejadas, como las de las latitudes medias del Hemisferio Sur.

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Anomalías de presión atmosférica medias ocurridas entre el 21 de julio y el 10 de agosto de 2015. Colores amarillos/rojos representan valores positivos y azules/violetas negativos.

Entre invierno y primavera es frecuente que el Niño promueva el desarrollo de centros anómalos de alta y baja presión como los indicados por la flecha roja de la figura de la izquierda. En algunas ocasiones, esta influencia puede ser tan importante como para desacelerar los fuertes vientos del Oeste que fluyen en las zonas subpolares del Hemisferio Sur. Esta desaceleración permite el establecimiento de un patrón anómalo de presión de escala hemisférica muy particular llamado «patrón de onda 3». Este nombre se debe a que el patrón exhibe alrededor de la Antártida 3 centros de presión anormalmente alta (denotados con el signo «+») y tres regiones de presión anormalmente baja (designados con el signo «-«). Este patrón puede mantenerse por varios días como fue el que ocurrió entre fines de julio y primeras semanas de agosto de este año, lo que de alguna manera «ancló» sobre el este de Argentina las condiciones favorables para la lluvia.

Publicaciones internacionales confirman que el Niño puede producir la ocurrencia de este patrón. En particular, estudios realizados en el CIMA-DCAO muestran que este patrón puede ser frecuente durante la primavera de años Niños. Esto se debe a que durante esa estación, la intensidad del Niño en general ya es relativamente fuerte como para alterar la potente circulación atmosférica subpolar y, en cambio, en el invierno la intensidad de los Niños puede no llegar a ser suficiente. Sin embargo el actual Niño, que ya fue caracterizado como fuerte por los centros globales del clima, parecería que fue capaz de generar esta situación persistente de lluvia en esta época del año. Resta por ver entonces que ocurrirá en la primavera, en la que el Niño probablemente aumente o mantenga su intensidad actual.