Mosquitos y más mosquitos
Como se viene repitiendo año tras año, la población de Aedes aegypti, el mosquito que transmite el virus del dengue, seguirá creciendo en la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, por lo menos hasta fines de marzo. Si bien esta presencia aumenta el riesgo, para que se produzca un brote de la enfermedad, deben concurrir otros factores.
“En este momento, en la Ciudad hay muchísimo Aedes aegypti, el mosquito transmisor del dengue. Pero además, es esperable -por no decir inevitable- que, desde ahora hasta fines de marzo, la población del mosquito siga en aumento, para luego ir disminuyendo entre abril y mayo. Eso es lo que hemos venido observando año tras año”, precisa el biólogo Darío Vezzani, investigador del CONICET, desde su laboratorio en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.
El clima caluroso, lluvioso y húmedo que desde hace varios días afecta a la Capital Federal y el conurbano bonaerense reúne las condiciones propicias para la reproducción del insecto que transmite el dengue, una enfermedad que en su forma clásica presenta entre sus síntomas: aparición brusca de fiebre, dolores de cabeza, detrás de los ojos, musculares y articulares como un fuerte cuadro gripal.
Varias condiciones deben cumplirse para que una picadura del Aedes Aegypti pueda transmitir el dengue. Una de ellas es que el mosquito se haya alimentado con la sangre de un individuo enfermo. Este insecto ya vuela con el riesgo a bordo pero requiere condiciones ambientales adecuadas para su actividad, como por ejemplo, la temperatura adecuada. Además, necesita sobrevivir entre cinco y veinte días para que el virus se establezca en sus glándulas salivales, listo para transmitirlo al momento de picar a otra persona.
¿Cuál es la época propicia para esta enfermedad? “Las condiciones favorables para que se produzca un brote de dengue, siempre se configuran entre febrero y abril, en gran parte de nuestro territorio. El hecho de que efectivamente se concrete depende de diversos factores como la presión de virus, o sea, cuántas personas vuelven infectadas de Brasil, Paraguay, o Bolivia; la temperatura; la capacidad del sistema de salud para detectar y aislar tempranamente los casos, etc.”, destaca Vezzani, que integra la Unidad de Ecología de Reservorios y Vectores de Parásitos, del Departamento de Ecología, Genética y Evolución de Exactas UBA. Y concluye: “Lo que es indiscutible es que, luego de varios años, seguimos en el mismo punto: entre febrero y abril Aedes aegypti es superabundante tanto en la Ciudad como en el conurbano bonaerense”.
¿Qué hacer?
Más información acerca de esta enfermedad y de cómo evitar la proliferación del mosquito que la transmite, en este informe elaborado por Exactas UBA y en la siguiente página web del Ministerio de Salud de la Nación.