La revolución en el tratamiento del cáncer

Expectativas a flor de piel

En el marco del Simposio Internacional de Inmunoterapia que se desarrolló en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, NEXciencia dialogó con Gabriela Cinat, Jefa de Oncología de la Unidad Funcional de Melanoma y Sarcoma del Instituto de Oncología Ángel Roffo. La especialista precisó la efectividad de estos novedosos tratamientos en enfermos de cáncer de piel en etapas avanzadas.

21 Nov 2017 POR

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No le gusta que al sistema de protección del organismo se lo denomine inmune porque, si fuera así, “no le entrarían las balas. El sistema se llama inmunológico, y éste hace todo lo que puede por defenderse, pero eso no significa que lo vaya a lograr. Por esto es que en determinadas circunstancias necesita ayuda”, dice Gabriela Cinat, jefa de Oncología de la Unidad Funcional de Melanoma y Sarcoma del Instituto de Oncología Ángel Roffo, quien participó del Simposio Internacional de Inmunoterapia “La revolución en el tratamiento del cáncer”, realizado en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (Exactas UBA).

Precisamente, cuando este sistema inmunológico no puede hacer frente solo a algunos desafíos del organismo es que miles de científicos de todo el mundo salen en su ayuda. Ellos, entre otras áreas, trabajan para lograr cada vez mejores herramientas inmunoterapéuticas en un terreno de permanente interacción entre la investigación básica y la aplicada. En un pasado no tan lejano, esta interacción  entre ambas era muy difícil de imaginar. Pensar en profesionales que sirvieran de nexo era “hablar del eslabón perdido. Inclusive, aún en la misma institución, había profesionales dedicados a básica, y otros, a clínica, y no nos conocíamos”, subraya Cinat, y enseguida agrega: “Gracias a algunos proyectos nos empezamos a juntar, primero a discutir y luego a planificar actividades que, en definitiva, nos llevaron a intercambiar conocimientos y puntos de vista. Finalmente,  podría decir que hubo un enriquecimiento mutuo en beneficio de la generación de conocimiento y, en definitiva, de los pacientes. Se trata de una ida y vuelta permanente. Si bien esto comienza desde lo básico,  el conocimiento genera ideas para aplicar en los pacientes, otra vez se generan dudas, se vuelve a lo básico y se contestan. Si esto se logra, la interacción es fantástica y el enriquecimiento, también”.

– ¿Qué efectividad presenta la inmunoterapia en pacientes con melanoma, el cáncer de piel más severo?

– Hoy en día más de un tercio de los pacientes portadores de melanoma avanzado, es decir aquellos pacientes cuya enfermedad no puede ser controlada con cirugía, pueden vivir muchos años gracias a estos tratamientos.

¿Esto se está haciendo en la Argentina?

– Sí, se está haciendo desde hace varios años. Primero, a través de programas de ensayos clínicos en la Argentina; y, actualmente, varias de estas moléculas se encuentran aprobadas y disponibles en el comercio. Es importante puntualizar que muchos de nuestros pacientes tienen su enfermedad controlada gracias a que pudieron tener acceso a estas medicaciones a través de ensayos clínicos. Mucha gente todavía  tiene el concepto erróneo de que ingresar en un ensayo clínico es ser una especie de conejillo de las indias. Disponer de estos programas, en el marco de centros con experiencia, aprobados y auditados con estándares de primer nivel, es lo mejor lo que les puede pasar a nuestros pacientes porque, en base a esto es que se han logrado los avances  en medicina, en general, no solamente en oncología.

– ¿En verdad, hace pocos años que se aplican estos tratamientos?

– Sí.  La primera aprobación fue la de una molécula llamada ipilimumab en 2010 en Estados Unidos;  en menos de un año estuvo aprobada aquí.  Algunos pacientes ya la habían recibido antes en el marco de ensayos clínicos.

Cinat durante su exposición en el Simposio. Foto: Exactas Comunicación.

Cinat durante su exposición en el Simposio. Foto: Exactas Comunicación.

– ¿Usted fue testigo de ello?

– Yo sigo atendiendo gente que fue incluida en ensayos clínicos, y que ahora está viva y muy bien. Recuerdo haber recibido pacientes angustiados, muchas veces jóvenes; y ahora los vemos, años después, seguir desarrollándose, disfrutar de sus hijos, conocer a sus nietos, o lo que sea. Esas cosas no pasaban, y ahora pasan.

– ¿Cómo era antes?

– Antes se hablaba de que estos pacientes vivían en promedio de seis a nueve meses. Esto ha cambiado radicalmente. Es muy importante decir esto, porque la gente accede al Dr. Google, a entrevistas grabadas ya desactualizadas, y se lleva una información muy deprimente. Y hay algo importante para recalcar.

– ¿Qué es importante recalcar?

– Una cosa importante para recalcar, no sólo para el paciente, sino para la comunidad médica en general, es que hoy en día, tanto para la terapia inmunológica como para los blancos moleculares, -que es otro de los caminos por el cual estamos yendo cada vez mejor en cuanto al tratamiento de melanoma-, cuanto antes se diagnostique la enfermedad avanzada, en mejores condiciones estaremos para empezar el tratamiento.  O sea, hay que controlar a los pacientes, especialmente a aquellos con alto riesgo, con el objetivo de diagnosticar las recaídas en forma precoz, ya que los tratamientos son más eficaces cuanto menos volumen de enfermedad haya y mejor estado general tenga el paciente.

¿Y cuál es mensaje al sistema de prepagas u obras sociales que abonan los tratamientos?

– El melanoma es una enfermedad muy agresiva. No es lo mismo que pida hoy la medicación y se la otorguen en quince días, en un mes o dos meses, o cuando sea. Son medicaciones muy caras y lo entendemos. El sistema financiero está en jaque por el alto costo de los medicamentos,  pero si lo van a pagar, lo ideal es que lo hagan a tiempo, porque si la medicación llega cuando el paciente esta deteriorado, es solo un premio consuelo.

¿Qué expectativa tiene para el futuro sobre la inmunoterapia?

– Buenas expectativas en cuanto al desarrollo, intentando controlar la enfermedad de cada vez más pacientes.  De hecho, seguimos tratando de traer a nuestro país todos los ensayos clínicos que nos parecen interesantes.  Antes, los largos sobrevivientes eran poquitos, menos del 10 por ciento de los enfermos con melanoma avanzado. Hoy, decimos que son entre un tercio y la mitad de los pacientes, -depende el escenario-, pero nos queda todavía un montón de gente en el camino. Por eso, la barra hay que seguir subiéndola. La idea es que cada vez más y más pacientes sean largos sobrevivientes; o  cronificar la enfermedad.