Experiencia Tecnópolis
Luego de la colaboración que brindó el año pasado, la Facultad profundizó su participación en la edición 2012 de la muestra. En esta oportunidad, 280 estudiantes de las distintas carreras de Exactas participaron como guías y expositores en numerosos stands. Por otro lado, se presentaron variadas experiencias interactivas en el pabellón exclusivo de la UBA.
La muestra de ciencia y tecnología más importante de Argentina, que terminó su edición 2012 el 30 de octubre pasado, no fue ajena a Exactas. A lo largo de los cuatro meses que duró Tecnópolis, la Facultad tuvo una presencia constante, activa y visible, con la participación de 280 de sus estudiantes como guías del parque y expositores de distintos stands y la presentación de 23 actividades en el pabellón de la UBA, cubriendo un total de 170 horas de exposición, a cargo de más de 200 integrantes de los distintos departamentos docentes. En cuanto a los números generales de la muestra, recibió, desde el mes de julio, más de 3,5 millones de visitantes provenientes de colegios primarios y secundarios, organizaciones sociales y público general tanto de Buenos Aires como del interior del país. Diversas franjas socioeconómicas, etarias y educativas coincidieron en el predio, por lo que la Facultad tuvo la posibilidad de interactuar con un universo de complejidad poco frecuente. Y para aprovechar la muestra al máximo echó mano a la experiencia previa. “Ya habíamos participado en la edición 2011 de Tecnópolis aportando guías educativos y la experiencia había sido buena”, comenta Leonardo Zayat, a cargo de la Secretaría de Extensión, Graduados y Bienestar, el órgano de gestión que concentra la organización de las Semanas de las Ciencias y la Noche de los Museos en Exactas, entre muchas otras actividades de popularización de las ciencias. El año pasado, la Facultad ya había aportado a la feria estudiantes de las distintas carreras que actuaron como guías educativos. Estos guías tenían como objetivos acompañar a los distintos contingentes de acuerdo a los intereses de cada grupo y realizar tareas de apoyo. En la edición de este año, las posibilidades se multiplicaron. Más allá de aportar guías educativos, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación solicitó la incorporación de guías especializados para algunos stands de la feria y, por otra parte, la UBA presentó un pabellón en el que la Facultad decidió presentar en el auditorio experiencias como las que se llevan a cabo habitualmente en las Semanas de las Ciencias.
Avanzada estudiantil
En el simulador de terremotos de Tecnópolis (uno de los puestos más visitados de la muestra), un chico y una chica recibían a grupos y paseantes sueltos y daban precisiones sobre el recordado terremoto de San Juan de 1952. Avanzaban en generalidades sobre las placas terrestres y sus movimientos y podían terminar hablando de los volcanes y respondiendo todo tipo de preguntas acerca de los movimientos del planeta. Los chicos que fueron “la cara” del simulador durante toda la feria eran estudiantes de los últimos años de la carrera de Geología de Exactas. Y al caso del simulador hay que sumarle el stand de orquídeas, el de la Escuela de de Educación Agropecuaria de Chaco, el observatorio Pierre Auger , la exitosa exposición paleontología, la muestra de robótica, la muestra del proyecto Imaginary, el stand de la Fundación Sadosky y la planta de biocombustibles, entre otros. En total fueron 12 los stands que estuvieron bajo la órbita del Ministerio y de los que participaron estudiantes de todas las carreras de la Facultad con el objetivo de divulgar la ciencia y la tecnología interactuando con el público. “Este año, el Ministerio tuvo la necesidad de incluir personal al frente en los stands de instituciones o empresas que participaron de la muestra”, indica Leonardo Zayat. Muchos de esos stands habían estado presentes en la versión 2011 de Tecnópolis pero se había advertido que requerían la atención de “expositores” para enriquecer el paso por los mismos. Ahí sonó el teléfono de Exactas. Relata Zayat: “Para resolver el problema, el Ministerio pensó en nosotros, en que podíamos brindarle gente especializada en la mayoría de los stands de acuerdo a cada temática y a las carreras de la Facultad. De esa forma, se seleccionaron los chicos, a razón de dos por stand, en dos turnos diarios. Como se armaron dos o tres turnos por semana, la cantidad de chicos asignados a cada stand fue entre ocho y nueve”. La SEGB fue la encargada de la selección de estudiantes divulgadores. En el caso de los guías del parque, el criterio fue abrir oportunidades a aquellos chicos que no tuvieran mucha experiencia en divulgación ni contacto con el público. Como las tareas de los guías no requerían de perfiles académicos muy específicos y sí conocimientos generales, eran puestos ideales para aquellos estudiantes sin mucha experiencia, sin antecedentes fuertes. “La selección no se hizo a partir de la cantidad de materias aprobadas sino más bien de la disponibilidad horaria de los chicos”, explica Marcelo Salierno, quien colaboró con la Secretaría para coordinar la actividad de los expositores: “Distinto fue el caso de la selección para los stands. Era necesario contar con perfiles más definidos, con mayor formación. Queríamos chicos que tuvieran una buena cantidad de materias aprobadas; consideramos que, además de conocimientos en sí, les aportaba la posibilidad de tener un discurso más armado”. Para el caso de los expositores de los stands, las variables de selección incluían carrera, cantidad de materias aprobadas y promedio. Después de seleccionar a los estudiantes, se los asignó a los distintos stands pero no terminó ahí el trabajo de coordinación. “Para conseguir que los chicos pudieran transmitir los contenidos propios de cada stand consideramos necesario que estuvieran en contacto con los responsables de los mismos”, profundiza Salierno y agrega que “esa información se complementó con el estudio posterior de los chicos y con la experiencia diaria frente a la demanda de información del público. Nosotros lo que pretendimos fue que se transmitiera la perspectiva de cada carrera en relación con el área de incumbencia de cada stand, que actuaran como divulgadores de la disciplina y utilizaran ese stand como disparador”. Por su parte, Leonardo Zayat destaca el aporte: “El Ministerio sabe acerca del valor que tiene poner a un estudiante avanzado de ciencias como cara de stand y no a cualquiera otra persona”, y con respecto a la tarea de los estudiantes explica que “la idea no era que esto represente solo un beneficio económico para ellos sino que fuera toda una gran experiencia de divulgación y que se pueda capitalizar para proyectos posteriores”.
De los departamentos al pabellón
El otro pie de Exactas en Tecnópolis estuvo asociado al marco universitario. La Universidad de Buenos Aires contó con un pabellón exclusivo en la feria, dividido en salas destinadas a la editorial Eudeba, a información vocacional, al Centro Cultural Ricardo Rojas, un sector interactivo a cargo de UBA Emprende, un auditorio y también se llevaron a cabo muestras en el hall central. Exactas, por su parte, propuso intervenir en el auditorio. “En las expo UBA que se realizaron en años anteriores, veníamos trabajando con el mismo criterio y este año se transfirió al pabellón de Tecnópolis, indica Leonardo Zayat y agrega que “presentamos actividades durante los cuatro meses, en distintos días y horarios, y lo pudimos concretar por el interés de los departamentos, que participaron con muchas de las propuestas que se llevan adelante en las Semanas”. Para desarrollar experiencias interactivas fuera de la Facultad y por un período tan prolongado, fue necesario establecer una organización más compleja que la de costumbre. Exactas tomó a su cargo el espacio del auditorio y desde el Equipo de Popularización de la SEGB se definió una grilla en coordinación con los departamentos docentes de la Facultad y con el rectorado de la UBA, y se definieron los equipos y materiales que se utilizarían en las experiencias. Para el trabajo del día a día, la Secretaría designó a Diana Sierra, una estudiante avanzada de geólogía de mucha experiencia como divulgadora. “Cada día que llegaba al pabellón me dedicaba a chequear que todo lo necesario para las actividades estuviera en orden y funcionando. Por supuesto, a veces surgían inconvenientes y lo que yo hacía era tratar de encontrar una solución”, cuenta Sierra que, además de supervisar, coordinar y resolver emergencias, realizó un registro fotográfico diario de las experiencias (ver fotos de esta nota). A la hora de evaluar las actividades de los departamentos en Tecnópolis, Sierra considera que “todas respondieron muy bien, no hubo ninguna que no tuviera una buena cantidad de público. Funcionaban bárbaro durante los fines de semana, cuando había público más variado”. Durante la semana, el principal público de Tecnópolis fueron los colegios. En el afán de poder recorrer el parque completo, los colegios solían priorizar la cantidad de puestos que se visitaran y no tanto la permanencia en cada uno. La experiencia de Sierra confirma el hecho: “Durante la semana muchos chicos tenían que dejar las experiencias por la mitad porque estaban muy comprimidos por el tiempo. De todas maneras, hubo siempre una mucha mejor recepción por parte de los chicos del primario que los del secundario, y lo mismo pasaba con los colegios del interior del país en relación con los de Buenos Aires”. A la hora del balance de la participación en Tecnópolis, Zayat no duda de que la experiencia fue valiosa: “Creo que, en el caso del pabellón de la UBA, fue una buena elección priorizar las actividades demostrativas frente a las charlas, siempre tuvimos público interesado y en muchos casos la gente se quedaba hablando con los investigadores después de las experiencias”. Y también reflexiona sobre la visibilidad de Exactas y el aporte a las distintas propuestas del parque: “Quisimos que nuestra presencia se note. Cada uno de los expositores tenían una identificación en el pecho indicando su nombre, carrera y el logo de la Facultad. Que los chicos hayan estado durante cuatro meses allá permitió agregarle valor a la información que se podían llevar los visitantes de cada stand y también posicionar a Exactas como referente científico”, concluye Zayat, cerrando un buen balance de la presencia de la Facultad en esta edición de la mega muestra.