El Niño se demora en nacer

El estado actual de las condiciones climáticas en el Pacífico ecuatorial ha disminuido levemente las chances de que comience un evento Niño en 2014, aunque todavía es posible que ocurra. A partir de las predicciones que un gran conjunto de modelos climáticos globales ha realizado en este mes, se estiman que las chances de que… Ver artículo

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“Rastreador del Niño” elaborado por el Servicio Meteorológico de Australia

El estado actual de las condiciones climáticas en el Pacífico ecuatorial ha disminuido levemente las chances de que comience un evento Niño en 2014, aunque todavía es posible que ocurra.

A partir de las predicciones que un gran conjunto de modelos climáticos globales ha realizado en este mes, se estiman que las chances de que comience un Niño en el trimestre septiembre-octubre-noviembre son actualmente del 60%, mientras que aumentan al 65% para el trimestre octubre-noviembre-diciembre. Es decir, las chances actuales todavía doblan aquellas que se tendrían en un año normal (33%). En consecuencia, el «Rastreador del Niño» del Servicio Meteorológico de Australia, habiendo estado en «ALERT» en junio pasado (como se discutió en notas previas), actualmente indica «WATCH», que significa que si bien hay signos de que el Niño podría desarrollarse, no se puede garantizar actualmente que esto ocurra. En caso de que el evento Niño se desarrolle, la mayoría de los diferentes modelos climáticos globales predicen que sería del tipo moderado.

¿Por qué este Niño no se decide a nacer? Este fenómeno se debe a un acoplamiento entre procesos que se desarrollan en la atmósfera y otros en el océano. Las condiciones actuales de la circulación atmosférica en el Pacífico ecuatorial central muestran vientos superficiales del este con intensidad normal, y temperaturas superficiales de valores normales, mientras que en un evento del Niño se esperaría encontrar esos vientos debilitados y a las temperaturas incrementadas.

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Anomalías de lluvia mensual de julio de 2014, elaboradas por el Servicio Meteorológico Nacional

Por otra parte, evidencias de que el Niño todavía es posible se encuentran en el hecho de que el contenido de calor almacenado en la capa sub-superficial del océano ha aumentado en la región central durante agosto y, además, las temperaturas superficiales del mar en el Pacífico ecuatorial este, cerca de la costa sudamericana, son más altas que lo normal.

Analizando las condiciones climáticas recientes que se produjeron sobre nuestro país, encontramos que las lluvias en julio fueron mayores que lo normal en el este de Argentina.

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Mapas estadísticos relacionados la lluvia y el Niño elaborados por el Servicio Meteorológico Nacional.

Por otra parte, en caso de que el Niño se desarrolle durante el próximos trimestre, es esperable que traiga lluvias por encima de lo normal en el este del país así como en el oeste de la Patagonia, tal como ocurre históricamente. Algunos de estos impactos pueden llegar a darse aun cuando el Niño no se desarrolle completamente.