En el blanco
Científicos argentinos apuntaron con éxito a varios blancos moleculares del Trypanosoma cruzi, el parásito que infecta a 10 millones de personas en el mundo. Los ensayos realizados “in vitro” impidieron la proliferación del agente de la enfermedad en la célula. Es el primer paso de un largo camino, que requiere años de pruebas.
Entrevista a Juan Bautista Rodriguez
Descargar archivo MP3 de Juan Bautista Rodriguez
Científicos argentinos en laboratorios porteños de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y también en Georgia, Estados Unidos, trabajan en conjunto para lograr fármacos más efectivos contra el Mal de Chagas, que infecta a 10 millones de personas, principalmente en América Latina, y pone en riesgo a otros 25 millones, según la Organización Mundial de Salud. Los ensayos apuntan a dar con los puntos débiles del parásito Trypanosoma cruzi, responsable de la enfermedad que se transmite al hombre a través de la picadura de insectos como la vinchuca. Los trabajos realizados “in vitro” impidieron en células la proliferación del agente infeccioso. Si bien faltan años de pruebas, el mecanismo empleado muestra otra propuesta diferente al tratamiento hoy en uso.
“Lo que nosotros hacemos es una estrategia distinta al modo de acción de las dos drogas actualmente disponibles que se utilizan en tiempos prolongados y que tienen efectos tóxicos, además de no ser efectivos para todas las cepas de Trypanosoma cruzi. En nuestro caso, usamos otros blancos moleculares y otros tipos de acción”, indica Juan Bautista Rodríguez, profesor del Departamento de Química Orgánica de la Facultad de Exactas-UBA e investigador principal del CONICET.
Con un enfoque particular contra el Chagas, el equipo centra la mirada en enzimas del parásito que son cruciales para su vida. “Las atacamos, bloqueamos y logramos inhibir su actividad, lo cual impide la replicación del parásito en la célula”, describe Rodríguez desde su laboratorio de Ciudad Universitaria. “Hace muchos años que investigamos en bifosfonatos y en los últimos años tenemos resultados particularmente buenos”, señala el especialista, quien destaca el trabajo llevado adelante junto con otros argentinos, Silvia Moreno y Roberto Docampo, quienes se desempeñan en la Universidad de Georgia, en Estados Unidos. “Recientemente, hemos iniciado una colaboración con otro argentino, Mario Amzel (Johns Hopkins University), cuyos estudios cristalográficos de la enzima blanco con nuestros compuestos permitirán una optimización estructural más fina”, agrega el investigador.
¿Por qué eligieron bifosfonatos? “Estos componentes se emplean desde hace más de cuarenta años en tratamientos óseos prolongados. Por eso, pensamos que estos compuestos podrían ser potencialmente no tóxicos”, explica el investigador a cargo de un equipo que ha tenido resultados alentadores en tres blancos moleculares contra el parásito. Éstos son: Farnesil difosfato sintetasa (FPPS), solanesil difosfato (SDPS) y escualeno sintetasa (SQS). Pero no son los únicos. Ellos también apuntan a otro blanco molecular como Trypanotiona sintetasa, una enzima que no está presente en el hombre. Esto ofrece ventajas a la hora de combatirla, porque la droga que se va a utilizar sería potencialmente inocua. Algunos de estos avances fueron publicados recientemente en Organic & Biomolecular Chemistry y en Journal of Medicinal Chemistry.
“Ahora estamos encarando la mejor forma de llegar a estas enzimas blancos. Nuestro compuesto debe atravesar la membrana celular del mamífero (el hombre), hacer un largo recorrido, penetrar la membrana celular del parásito y acceder a la organela donde está situada la enzima y actuar en ella”, relata como desafío a conseguir en esta investigación básica, hecha in vitro, y que aún requiere pasar con éxito la prueba en animales y todos los exámenes de rigor para finalmente ser usada como terapia en humanos. “Esta es una investigación básica en una enfermedad postergada. El hecho de que no haya una quimioterapia segura contra el Chagas es en parte porque las empresas farmacéuticas fuertes no tienen un plan de desarrollo. La gran mayoría de los avances proviene de la gente que trabaja en organismos oficiales”, concluye.