Grupos de investigación

Alcoholismo fetal

La ingesta de bebidas alcohólicas en la mujer embarazada impacta negativamente en el desarrollo fetal, puede causar pérdida temprana de la gestación y producir riesgo de malformaciones congénitas o de retraso de crecimiento. Elisa Cebral y su grupo de investigadores estudian estos efectos tanto durante la vida reproductiva como durante la gestación.

9 May 2014 POR

En nuestro país, el alcoholismo es la segunda epidemia después del Mal de Chagas. Es una enfermedad social que constituye la quinta causa de mortalidad, el tercer problema sanitario de gravedad y la segunda causa de retardo mental. La ingesta de bebidas alcohólicas en la mujer embarazada impacta negativa y gravemente en el desarrollo fetal, causa pérdida temprana de la gestación, aumenta los  abortos espontáneos y produce elevado riesgo de aparición de malformaciones congénitas o de retraso de crecimiento. Todos estos defectos, inducidos por exposición en el útero a alcohol, son parte del grave síndrome de alcoholismo fetal (FAS), de manifestación muy precoz en el humano. Por estas importantes consecuencias en la vida del adulto nacido de madre alcohólica, hoy se investigan los mecanismos de anormalidad en el desarrollo del embrión y la placenta. 

En el Laboratorio de Reproducción y Fisiopatología Materno-Embrionaria (LARFIMAE) un equipo de investigadores dirigido por Elisa Cebral tiene como línea de investigación principal el estudio de los efectos y mecanismos teratogénicos, fisiológicos, celulares y moleculares involucrados en la inducción de las anormalidades embrionarias, fetales y placentarias que se producen por el consumo de bebidas alcohólicas tanto durante la vida reproductiva como durante la gestación.

“Nos dedicamos a evaluar el grado de susceptibilidad que tiene el embrión, frente a la ingesta de cantidades moderadas a bajas de alcohol, a sufrir daño en los órganos de formación temprana como el corazón y el sistema nervioso. Específicamente, nos dedicamos a conocer si estas alteraciones embrionarias son producidas por el consumo moderado de alcohol desde antes de la gestación y durante las primeras etapas de la preñez, que son los momentos claves de la gestación en donde ocurre el desarrollo orgánico del embrión, y que en el humano es durante el primer trimestre. Además, como la formación normal de la placenta es esencial para sostener el desarrollo embrionario a término, porque otorga el adecuado y necesario suministro de nutrientes para el normal crecimiento fetal, abordamos el estudio de los mecanismos moleculares que controlan la placentación, en particular la vascularización, y el modo en que ellos son afectados por la exposición a alcohol”, explica Cebral.

El desarrollo de estas investigaciones, condujo a los científicos a encarar nuevas líneas en el campo de la toxicología reproductiva y gestacional. “Hoy sabemos que los defectos embrionarios que observamos ante la exposición materna a alcohol pueden estar causados directamente por genotoxicidad materna y/o por alteraciones en las gametas, tanto femenina como masculina. Es así que abordamos estudios relacionados con los efectos de la ingesta paterna y materna de alcohol a nivel testicular, ovárico, espermático y oocitario”, sostiene la especialista.

Los investigadores utilizan al ratón como modelo experimental por considerarlo la especie más adecuada para entender mecanismos reproductivos y del desarrollo gestacional y embrionario por su similitud con los que ocurren en el humano. “El uso del animal experimental nos permite controlar las diferentes variables que se ponen en juego al analizar los efectos del alcohol, como ser la dosis de alcohol, el modo de ingesta, la duración, el momento de la exposición. A diferencia con el humano, donde los efectos de la ingesta de alcohol son interferidos por la influencia de otros factores como la desnutrición, las malas condiciones de sanidad ambiental, el tabaquismo, el uso de drogas u otras enfermedades, el modelo animal de  experimentación brinda condiciones más puras para saber que los efectos del alcohol son solamente debidos a las acciones de esta droga”, afirma Cebral. Los investigadores suministran alcohol a ratones durante 15 días antes de la preñez y hasta el día 10 de gestación, que es el momento en el que el embrión se está formando. La cantidad de alcohol suministrada equivale aproximadamente a una ingesta de dos vasos de vino o tres de cerveza por día, en humanos, una cantidad de alcohol en sangre considerada como leve. El trabajo experimental consiste entonces en la utilización de diversas herramientas metodológicas y técnicas de amplio espectro que permiten un análisis multidisciplinario de tipo fisiológico, histológico, celular y molecular.

Estas investigaciones básicas contribuyen a profundizar el conocimiento acerca de los efectos adversos y mecanismos anormales que se producen por el consumo materno de alcohol. Por eso, Cebral sostiene que “aportan a la toma de conciencia y la prevención en el uso y abuso de esta droga, para cambiar los hábitos y estilos de vida de la población general consumidora y en particular del grupo femenino gestante”. De este modo, el mejoramiento de la salud poblacional es una de las aplicaciones más inmediatas. “En el mediano plazo, no se deja de pensar en la posibilidad de plantear alguna aplicación de estratégica terapéutica, que evite o minimice la patología alcohólica en el recién nacido, en el niño o en el adulto de madre alcohólica”, concluye.

Laboratorio de Reproducción y Fisiopatología Materno-Embrionaria (LARFIMAE) (IFIBYME)

Laboratorio 22, 4to piso, Pabellón II. Tel.: 4576-3300, interno 322.
http://www.ifibyne.fcen.uba.ar/new/temas-de-investigacion/laboratorio-de-reproduccion-y-fisiopatologia-materno-embrionaria/dra-elisa-cebral/

Dirección: Elisa Cebral.

Integrantes del grupo: Cristian Sobrazo.

Tesistas de doctorado: Tamara Coll, Leticia Pérez-Tito.

Tesistas de grado: Martín Ventureira

Colaboradores: Vanina Fontana, Juan Carlos Calvo, Marta Mudry, Nancy Andrioli, M. del Carmen Ríos, Estela Bevilacqua (Universidad de San Pablo), Silvia Garagna (Universidad de Pavia), Munekazu Naito (Universidad de Tokio).