No es novedad que el consumo materno de alcohol produce retraso fetal y malformaciones. Pero, si se toma de modo continuo y moderado desde antes y poco después de quedar embarazada, ¿se genera alguna alteración en el embrión? Un estudio realizado en animales mostró resultados inquietantes.
Elisa Cebral
Cómo afecta el alcohol que se consume desde apenas unos días o semanas antes del embarazo y hasta el primer mes de gestación es el interrogante que se plantearon científicas y científicos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA junto con colaboradores de otros institutos de la Argentina y de Chile, quienes acaban de publicar los resultados del trabajo realizado en ratones.
Históricamente, los estudios sobre los efectos del consumo de alcohol en la fertilidad y en la gestación apuntaron a responsabilizar a la mujer. Ahora, una investigación efectuada en Exactas UBA demuestra que una ingesta moderada de alcohol -exclusivamente por el varón- podría provocar alteraciones en el desarrollo embrionario.
La ingesta de bebidas alcohólicas en la mujer embarazada impacta negativamente en el desarrollo fetal, puede causar pérdida temprana de la gestación y producir riesgo de malformaciones congénitas o de retraso de crecimiento. Elisa Cebral y su grupo de investigadores estudian estos efectos tanto durante la vida reproductiva como durante la gestación.
Varios estudios efectuados en un modelo animal muestran que la ingesta leve de alcohol –aunque se realice días antes de la fecundación- puede provocar retraso en el crecimiento, malformaciones congénitas o llevar al aborto.
Un equipo de científicos argentinos decidió evaluar, en un modelo animal, qué sucede cuando la madre toma alcohol en pequeñas cantidades, y solamente durante el período peri-gestacional. Los resultados muestran que una mínima ingesta es suficiente para provocar alteraciones en la madre y en el embrión.