Dos informes elaborados por expertos y expertas de diferentes instituciones prevén un invierno con temperaturas medias más altas que las normales y menos días muy fríos para la mayor parte de centro y norte de la Argentina incluida la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires. También pronostican lluvias un poco más abundantes que las habituales pero que no serán suficientes para revertir el déficit de precipitaciones que sufre nuestro país.
Matilde Rusticucci
Dos informes elaborados por expertas y expertos de diferentes instituciones anticipan un otoño con temperaturas medias superiores a las normales para la época en buena parte del país y la probabilidad de que haya días extremadamente cálidos. La buena noticia es que afloja la sequía ya que se espera que las lluvias regresen a sus valores normales o incluso levemente superiores.
El avance del cambio climático favorece la mayor ocurrencia de eventos extremos. En particular, la mayor cantidad de olas de calor, registradas en nuestro país y en el mundo, provoca un aumento en el promedio diario de personas fallecidas. Además, este escenario de temperaturas extremas, favorece el incremento de la transmisión de enfermedades, como dengue y chikunguña.
Dos informes elaborados por expertos y expertas de diferentes instituciones pronostican una temporada estival abrumadora. Uno de ellos prevé para los meses de diciembre, enero y febrero temperaturas medias superiores a las normales para buena parte del país, incluida la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires. El otro anticipa grandes probabilidades de que se den temperaturas máximas y mínimas extremadamente altas en casi todo el territorio nacional.
Expertas y expertos en climatología de diferentes instituciones elaboraron un documento con las previsiones sobre lo que ocurrirá en la Argentina para los meses de septiembre, octubre y noviembre próximos. El pronóstico indica que se espera una primavera con temperaturas más altas que las habituales y lluvias poco frecuentes.
Que el Polo Sur bata marcas de temperatura es imaginable por lo extremo de su ubicación. Lo llamativo es que esos récords no sean producto del frío, como es esperable, sino del calor. Un estudio científico detectó que la zona más austral del planeta experimentó un aumento significativo de la temperatura de 0,6°C por década, tres veces mayor al promedio mundial.