La memoria visible
Ya está en funcionamiento la base de datos desarrollada por el Departamento de Computación de Exactas para el Parque de la Memoria. Desde ahora, es posible consultar en forma personal y sencilla información acerca de las víctimas del terrorismo de Estado. También permite aportar información y hacer comentarios. Se espera que el año próximo se encuentre on line.
Entrevista a Diego Fernández Slezak
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Se trata de algo tan sencillo como una base de datos. El software que se acaba de estrenar en el Parque de la Memoria es eso, una base de datos y, para el caso, es tan sencillo como esencial y significativo, porque estamos hablando de la base que reúne la información de las víctimas del terrorismo Estado ejercido durante la última dictadura militar. El desarrollo estuvo a cargo del Departamento de Computación de la Facultad y fue el resultado de casi un año de trabajo.
El corazón y fundamento del Parque de la Memoria es una nómina que, hasta el momento, solo estaba expuesta públicamente en el muro zigzagueante del predio, sobre la costanera norte de la Ciudad de Buenos Aires. A partir de esa nómina, la institución creada en 2007 se ocupa reconstruir y revisar la información disponible y trabaja en completar los registros de vida de cada una de las víctimas: la historia personal que está detrás del nombre.
El sábado pasado, en las instalaciones del Parque, tuvo lugar el acto de presentación de la nómina pero no ya en su forma “material” sino en la modalidad de base de datos de acceso público. Allí estuvieron los referentes de los principales organismos de Derechos Humanos, funcionarios del Gobierno de la Ciudad y las autoridades de la Facultad. Para la directora del Parque, Nora Hochbaum, la presentación significó el comienzo de una nueva etapa. “Con esta herramienta, inauguramos un proyecto ambicioso que nos va a permitir hacer mucho más pública la información y, por lo tanto, se abre la posibilidad de que nos acerquen datos que hasta ahora no tenemos”, cuenta entusiasmada en diálogo con Noticias Exactas.
Desde su creación, el personal del Parque viene confirmando y corrigiendo datos de la base, que incluye unos 9.000 nombres y, además, enriqueciéndola con el aporte de datos personales de cada víctima. Esa información resulta fundamental para conocer a los individuos y para enhebrar la historia reciente de nuestro país; de hecho, familiares de víctimas, sociólogos, antropólogos y demás estudiosos la tienen como herramienta. “Hasta el momento, quien quisiera consultar la base de datos tenía que sentarse en una computadora junto a nuestra gente, que hacía las búsquedas en el archivo Excel e iba respondiendo. Se podía trabajar una sola consulta a la vez y siempre con un incómodo entorno visual”, relata Hochbaum.
Herramienta fundamental
A partir de la puesta en uso del nuevo software, se pueden realizar ilimitadas consultas al mismo tiempo. Cada entrada de la base se visualiza como una ficha –no ya como un listado “sábana”– enriquecida con fotos, videos y enlaces que permiten asociar a las víctimas a través de múltiples datos (parentesco, lugar de detención, militancia, etc). La directora destaca, a su vez, que “es fundamental que ahora podamos tener puestos de consulta en el Parque. El público viene libremente, se sienta en una computadora, hace la consulta y, si lo desea, puede dejar datos, historias de vida, comentarios; eso es enormemente valioso para este tipo de registro”.
Diego Fernández Slezak es secretario académico del Departamento de Computación de Exactas y tuvo a su cargo el desarrollo del software, aunque no deja de resaltar que “el mérito es de Pablo Laciana y Mariano Bianchi, los alumnos de la licenciatura en Computación de la Facultad que “metieron mano en el código”. Fernández Slezak describe el trabajo: “Lo que nosotros hicimos fue un programa que dio visibilidad y ordenó la información de este gran proyecto. Desde la Facultad lo encaramos como una instancia formativa para nuestros estudiantes y desde el compromiso hacia los organismos de Derechos Humanos, que nos confiaron información tan sensible”. Y, con un ejemplo, describe la significancia de la experiencia. “El día de la presentación, Mariano, uno de los programadores, invitó a sus padres y a su novia. Eso representa muy bien lo que sentimos todos, un profundo orgullo por haber podido hacer un aporte a una causa que lleva 30 años de trabajo invalorable”.
Para obtener esta nueva herramienta, hubo un trabajo conjunto e integrado entre los desarrolladores y el personal del Parque. “Inicialmente nos tomamos tres meses para presentar una versión que replicara la base existente pero solo de una forma más ordenada y visualmente aceptable”, explica Fernández Slezak. “A partir de ahí, cada 15 días fuimos agregando nuevas funciones, recibiendo la devolución y requerimientos de la gente del Parque y presentando otra versión en 15 días más. Si bien es una base sencilla, el principal aporte que hicimos fue que el sistema permite organizar la información de manera original, con tecnologías modernas y un servidor propio”. El trabajo que queda de acá en más es el de completar algunas nuevas funcionalidades y se realizará a partir de un convenio entre el Exactas y el Gobierno de la Ciudad para formalizar la colaboración.
Si bien por el momento la base de datos se puede consultar únicamente en las instalaciones del Parque, las autoridades estiman que en marzo o abril estará disponible de manera on line. “Creo que eso puede ser un salto cualitativo y cuantitativo respecto de la información que podemos estar recibiendo. Ya la experiencia de haber tenido los puestos de consulta abiertos al público durante el fin de semana nos dejó una gran sorpresa”, cuenta Hochbaum. Lo sorprendente fue que en solo dos días se recibieran 12 aportes de información y consultas. “Eso es invalorable y genera grandes expectativas para el momento de la puesta on line –sostiene la directora– y hace a nuestro propósito, que la memoria permanezca viva”.