Una epidemia en la web
El prestigioso físico español Alex Arenas visitó Buenos Aires por primera vez para participar de la 27º edición de la StatPhys, la conferencia de física estadística más importante del mundo. Arenas, que centralmente se dedica a estudiar sistemas complejos en red, expuso acerca de las similitudes que existen en la manera en que se difunden las enfermedades y las noticias falsas por Internet.
“En las redes sociales de hoy en día, las noticias falsas se ven como una enfermedad y se propagan de la misma manera”, afirma con contundencia Alex Arenas. Y remata: “Nosotros, los científicos, estaríamos haciendo el papel de médicos que te dicen de qué manera te debes proteger para no infectarte y cómo tomar precauciones para que no te sumes desprevenidamente a la difusión de una información falsa”.
Arenas es doctor en Física y profesor en la Universidad Rovira I Virgili (URV), en Tarragona, España. Actualmente dirige el grupo de investigación de algoritmos embebidos en sistemas físicos del Departamento de Ingeniería, Informática y Matemáticas de la URV y también está a cargo de la cátedra de Ciencia y Humanismo, dedicada a fomentar, promover y difundir los valores de la ciencia a la sociedad. Lleva escritos alrededor de 190 trabajos interdisciplinarios publicados en revistas científicas de circulación internacional de gran renombre que han recibido más de veinte mil citaciones. Fue reconocido por la Institució Catalana de Recerca I Estudis Avançats (ICREA) en 2011 y 2017 y también obtuvo el premio de la Fundación James Mc Donnell por sus estudios sobre sistemas complejos.
Durante un breve receso entre la sucesión de actividades que formaron parte de la 27º edición de la StatPhys, que por primera vez se desarrolló en Argentina y, en la cual, Arenas brindó una conferencia plenaria, Nexciencia mantuvo un diálogo en exclusiva con el catedrático español.
– Resulta evidente que las redes nos han cambiado la vida. ¿Desde qué ángulo analizás vos este fenómeno?
– Redes sociales hemos tenido siempre. La gran diferencia de nuestra época es que hemos roto las escalas de tiempo y de espacio. Es decir, el hecho de que tu puedas hablar, casi de manera inmediata, con alguien que esté casi en cualquier lugar del mundo ha estructurado una macro red que cubre todo nuestro planeta y que hace que los fenómenos emergentes sean de una escala global impresionante. Antes, una crisis en un país estaba restringida normalmente a sus fronteras. Hoy en día, una crisis en Buenos Aires tiene repercusiones en todo el mundo. Todas las escalas se han roto. En el caso de las epidemias, por ejemplo, la peste bubónica tardó 15 años en desplazarse por toda Europa y, sin embargo, el SARS, que apareció hace poco, surgió en Oaxaca y en menos de una semana estaba en 52 países del mundo. Este es un poco el gran cambio que ha habido y donde nuestra ciencia, desde el punto de vista de la física estadística puede ayudar a entender estos fenómenos, que cada vez son más peligrosos, en el sentido de que todo afecta todo. Hemos convertido un mundo local en un mundo global de una manera efectiva y para cualquier individuo.
– Eso puede ser maravilloso u horrible.
– Es lo que ocurre siempre en ciencia. O sea, la fisión del átomo es una gran fuente de energía. Bien utilizada puede dar electricidad para todo el mundo, utilizada mal te puede dar la bomba atómica. Lo que a mí me gustaría recalcar es que en nuestra ciencia las interacciones importan e importan mucho. Y un ejemplo muy simple lo tenemos en la naturaleza, o sea, los átomos de carbono con unas ciertas interacciones son grafito, que es la mina del lapiz, pero esos mismos átomos de carbono con una estructura un poco diferente son diamantes, con unas propiedades totalmente diferentes, el brillo, la transparencia, la dureza. En nuestras sociedades pasa algo similar. Nuestra sociedad es una estructura de red, y esa estructura puede ser carbón o puede ser diamante. Nuestra idea es que debemos ir hacia una sociedad más interconectada, con mejores estructuras para estos procesos de difusión para poder defendernos mejor de las cosas malas pero también para estar abiertos a que las cosas buenas puedan llegar en cualquier momento a cualquier lugar. Para mi parecer se puede utilizar para muy bien o para muy mal. ¿De qué depende? Bueno, ciertamente no depende de los científicos, porque esa red somos todos nosotros, no es otra gente. Por lo tanto, es nuestra actuación individual la que manda.
– Algo que llama la atención respecto de estos sistemas complejos es que pueden estar formados tanto por personas, como por átomos, neuronas o animales. ¿Cómo elementos tan diferentes entre sí pueden ser abordados con una misma herramienta y arrojar resultados útiles en todos los casos?
– Es muy interesante esa pregunta y tienes mucha razón. Esa es la gran abstracción de la física estadística, donde estamos considerando que los elementos particulares no tienen la clave del comportamiento emergente. Por ejemplo, nadie sabe como va a reaccionar el otro porque depende de su personalidad, del estado de ánimo, de las cosas que le han pasado y de las que cree que le van a pasar. Sin embargo, cuando ponemos una masa de gente en un proceso simple, como es salir del subterráneo, lo que observamos son unas ecuaciones de mecánica de fluidos y podemos predecir perfectamente cómo esa masa va a progresar en esas restricciones geométricas que impone el subterráneo, las salidas y la calle, sin pensar que cada persona está haciendo exactamente, de manera consciente, lo que quiere hacer. Ese comportamiento emergente ocurre en las neuronas, en las personas, en los átomos. Dependemos más de las interacciones que de la individualidad. Este comportamiento global es el que nos interesa. Esa es la clave de los sistemas complejos. En los sistemas complejos, se suele decir que el resultado global es más que la suma de los individuos. Esa frase está un poco resumiendo esta idea. Si sumamos los comportamientos individuales no tendríamos la posibilidad de entender cual es el resultado final de ese comportamiento global, porque va más allá de esa suma.
– ¿Qué tienen en común las epidemias y la noticias falsas en nuestras sociedades?
– Tienen en común la manera de propagarse y el sustrato de propagación. Básicamente, lo que nosotros hacemos es estudiar la ciencia de redes, que es una ciencia que intenta averiguar cómo los procesos dinámicos se difunden en una estructura que es muy particular, que es la estructura de la redes sociales . Cada uno de nosotros somos una persona que tiene su red social, que tiene muchos ámbitos, desde tus amigos, tus conocidos, tus familiares, tus compañeros de trabajo. En unos casos son contactos físicos, son gente con la que compartes una localización pero no necersariamente tienes un enlace de amistad. Sin embargo, en todo estos casos, si se propaga una epidemia, como cuando estamos con la gripe, vamos propagando el virus, con una cierta probabilidad, en aquellas personas con que nos vamos encontrando. En las redes sociales de hoy en día, que son telemáticas, las noticias falsas, que se ven como una enfermedad, se propagan de la misma manera. Además, nuestro cerebro está adaptado para darle más valor a las noticias malas que a las buenas, porque es como una estrategia de supervivencia, si a ti te cuentan que a habido un terremoto en una ciudad y a habido diez mil fallecidos, eso te impacta y te genera un estado en el que tu propagas esa información porque te afecta. Otras veces, la propagación de la información se realiza por acumulación de inputs. Cuando mucha gente de tu alrededor te dice que tiene un IPhone y que el IPhone funciona increíble y que te lo tienes que comprar. Asimismo, si esto te lo dice una persona que tiene algún poder sobre ti, porque lo respetas mucho, puede causar el mismo efecto que si te lo dicen cien personas con las que te vas encontrando a diario. Ese es un proceso en el que tú te infectas con esa información y también la propagas. Nosotros lo que intentamos es estudiar esas propagaciones. Hoy en día, gracias a que todas estas redes sociales tienen locks, que es un registro de esa información que corre, se puede estudiar cómo se propaga. El caso de las fake news es muy interesante porque es gente interesada en que se propaguen ciertas informaciones y, hoy en día, eso se realiza mediante una cosa que se llama bots, estos bots son simplemente programas informáticos que alguien diseña y que actúan como personas falsas en estas redes sociales donde es muy fácil ocultar tu identidad.
– ¿También se utilizan los trols?
– Claro. Un trol sería un humano que intenta producir ese mismo efecto. Pero con los dos puedes generar una cosa muy curiosa: puedes montar baterías de estas personas falsas para que influyan y, de la misma manera que esa gente que te encontrabas y te decían “comprate un Iphone”, estos bots te influyen y te dicen algo que esconde una línea interesada. Como por ejemplo: lo malo que es cierto partido político o lo bueno que es cierto partido político. Y ante ese proceso de invasión, tu empiezas un proceso difusivo. Dado que estas redes tienen una configuración muy heterogénea, tu puedes tener diez amigos, pero uno de esos amigos puede tener cien y otro puede tener mil, en cuanto esa información llega a estos elementos que se llaman hubs, que son como grandes conectores, esa información se difunde de una manera brutal y eso puede manipular, hoy en día, a la sociedad.
– Muchas empresas y organizaciones han aplicado estos mecanismos para sus propios fines. Hay casos absolutamente comprobados de utilización electoral de fake news como lo ocurrido con Cambridge Analytica en el Reino Unido.
– Absolutamente. Nosotros lo investigamos desde el punto de vista de los científicos, que somos personas a las que nos paga la sociedad, no dependemos de una entidad privada sino que formamos parte de un servicio público. Tratamos de que la gente sepa lo que está pasando para que pueda tomar decisiones conscientes frente a esta invasión, lo que es difícil. Es como protegerse de una epidemia, nosotros estaríamos haciendo el papel de médicos que te dicen de qué manera te debes proteger para no infectarte y cómo tomar precauciones para que no te sumes desprevenidamente a la difusión de una información falsa.
– ¿Podrías dar algún ejemplo de los temas que ustedes han podido investigar y que han servido para entender un poco más como funciona todo esto?
– Nosotros, por ejemplo, ahora entendemos cómo se puede organizar una gran manifestación a través de la red latente de contactos. Imagínate un caso en el que haya una presión social sobre un tema en el que tú sientas que hay que hacer algo y te mensajeas con todos tus amigos cibernéticos, lo que genera como una gran difusión de esa información. Nosotros sabemos cómo eso se puede medir, cómo eso se puede casi predecir, porque hay una cierta actividad anterior. Es como predecir un terremoto, es muy dificil a largo tiempo pero cuando está sucediendo ves un registro de actividad. En el caso de las redes sociales, por ejemplo, analizando Twitter se puede detectar que hay un proceso de emergencia de una masa social. De alguna manera es como si tuviéramos un medidor de cómo es la temperatura social a partir de la actividad en las redes sociales y eso lo tenemos claro. Y eso te puede indicar si una cosa se está polarizando y se está dividiendo una ciudad en dos facciones claramente indicadas, qué las influye, cómo. Nuestro primer gran objetivo es entender. Un vez que entendimos intentar predecir y, con esas herramientas de predicción, ofrecer al público las herramientas necesarias de control de esa manipulación.
– ¿Cuáles son la grandes preguntas que se están planteando hoy en este campo?
– Nosotros ahora estamos trabajando en procesos observacionales de cómo la información fluye en esta red, pero no sabemos concretamente cuáles son esas dinámicas. O sea, cuando uno modeliza un péndulo, por ejemplo, sabe perfectamente las ecuaciones, lo mismo ocurre con un movimiento parabólico. La ecuación dinámica de cómo tu envías una información y esa información hace reaccionar a otro es imposible. Se está discutiendo si el contenido es más importante que la situación en la red o no. Ahí hay un dilema que no está resuelto. Es decir, por qué se hace viral un video muy simpatico de un gatito que toca el piano cuando su contenido no es tan relevante. Sin embargo, si tu ves la implicación hasta dónde ha llegado esto es brutal. Entonces, ¿cuál es la clave?, ¿dónde está esa conexión para entender la viralidad? La estructura de la red la entendemos, muchas veces estás en un hub y eso te da muchísima más expansión pero cómo eso resuena en forma de cascada es un proceso que todavía no acabamos de entender. Lo observamos pero todavía no lo podemos predecir.