¿Habrá fuego en el cielo?
Espectacularidad, eso es lo que prometen los cometas cuando llegan a las inmediaciones del Sol. La próxima promesa es para el 26 de diciembre y se llama cometa ISON. Conocélo y entendé algo más sobre estos cuerpos celestes tan nombrados.
Colina de Senlac, al sur de Londres, 14 de octubre de 1066. Más de veinte mil hombres pugnan por sobrevivir en la Batalla de Hastings. Al atardecer, los alaridos de los jinetes y el silbido de las flechas aterran menos que esa estela de fuego que divide la semiesfera ancestral del cielo. Sin duda, un presagio escrito entre los astros. Para Guillermo El Bastardo de Normandía significa pasar a ser Guillermo I El Conquistador de Inglaterra. Para Haroldo El Sajón, la muerte.
Oxford, 1705. El astrónomo Edmond Halley libra una batalla contra el tiempo. Sus cálculos, basados en las leyes de Newton, demuestran que el fenómeno que había aterrado a los soldados normandos debe repetirse cada 76 años con cronométrica precisión. Halley gana post mórtem la batalla y, desde 1758, empezamos a comprender a los cometas.
Los cometas son cuerpos sólidos del Sistema Solar compuestos por hielo, polvo y rocas; orbitan alrededor del Sol en trayectorias parabólicas, hiperbólicas y, mayoritariamente, elípticas de gran excentricidad y considerables períodos de acercamiento al Sol. Debido a que sus materiales subliman en las cercanías del Sol, los cometas desarrollan, a gran distancia, una atmósfera de gas y polvo que envuelve al núcleo, llamada coma o cabellera. A medida que el cometa se acerca al Sol, el viento solar azota la coma y se genera la cola característica.
La llegada de los cometas a las inmediaciones del Sol siempre promete espectacularidad. A veces cumplen. La próxima promesa es para fines de 2013 y se llama cometa ISON.
Este cometa fue descubierto el 21 de septiembre de 2012 por los astrónomos rusos Artyom Novichonok y Vitali Nevski utilizando un telescopio de cuarenta centímetros de diámetro que forma parte de la Red Internacional de Óptica Científica, ISON. Procedente de la Nube de Oort, un depósito de rocas congeladas situado a miles de millones de kilómetros del Sol, el cometa ISON se encuentra en una trayectoria hiperbólica que lo llevará hasta una distancia de apenas 1,2 millones de kilómetros de la superficie visible del Sol el próximo día 28 de noviembre.
Las misiones de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA también incluyen la observación de este cometa. La sonda Mars Express de la ESA comenzó su campaña de observación durante la cual tomó fotos y estudió la composición del coma del cometa durante dos semanas. ISON alcanzó el punto más próximo a Marte el 1ro. de octubre, acercándose a 10,5 millones de kilómetros del planeta rojo, seis veces más cerca de lo que pasará de la Tierra. La misión ESA/NASA SOHO seguirá al cometa cuando rodee al Sol a finales de noviembre, si bien los astrónomos dudan de si conseguirá sobrevivir a este brutal encuentro. Las misiones Venus Express y Proba-2 de la ESA también tienen previsto estudiar el cometa durante los meses de noviembre y diciembre.
Por las observaciones y mediciones realizadas hasta el momento, todo indica que ISON es una suerte de cometa kamikaze (sungrazer en la jerga en inglés; algo así como «raspador solar») por el acercamiento a escasos miles de kilómetros del Sol. Los raspadores pequeños se evaporan al acercarse a la estrella pero los más grandes pueden dar varias vueltas soportando las altas temperaturas y el enorme tironeo gravitacional. En este sentido, el ISON sería muy parecido al Gran Cometa visto en 1680.
El cometa brillará en el cielo boreal justo antes de su encuentro con el Sol y durante la semana posterior, en el caso de que sobreviva. De todos modos, es muy probable que haya desaparecido para el momento de mayor acercamiento a la Tierra el 26 de diciembre.
En general, al momento de pasar frente a los terráqueos, los cometas le esconden a los astrónomos algunos parámetros y detalles internos acerca de su comportamiento. Esta dificultad para predecir exactamente lo que pasará cuando esté a la vista puede vaporizar las más desmedidas expectativas. Si no, revisar las crónicas anteriores y posteriores al pasaje del Kohoutek en 1973. Claramente, el escenario del ISON parecería no ser el del Kohoutek pero, de todas maneras, los astrónomos del hemisferio norte proceden con cautela a la hora de jugarse a opinar acerca del grado de espectacularidad que alcanzará el ISON. Sin embargo, el astrofísico Mario Melita del Instituto de Astronomía y Física del Espacio (CONICET, Exactas, UBA) es contundente: “las condiciones de este cometa son desfavorables para su observación desde el hemisferio sur durante noviembre y diciembre”. Será otro privilegio más para los septentrionales. Melita agrega irónico: “Recomiendo un viaje al hemisferio norte para los que quieran verlo en su plenitud”. Si no, Internet.
Lejos quedaron las ejecuciones de los astrónomos chinos por fallar en las predicciones o el preanuncio de la muerte de algún rey o los suicidios preventivos de principios del siglo XX como opción al Apocalipsis. La comprensión de la realidad formalizada en lenguaje matemático indica que no existirá peligro de que ISON impacte a nuestro planeta en algún momento de su visita.
Casi un milenio después de la Batalla de Hastings podemos monitorear cometas desde Marte, ya no leemos presagios en el cielo sino que lo observamos, medimos, calculamos y predecimos pero aún no pudimos evitar que haya víctimas de guerras y genocidios que también los verán surcar sus bóvedas celestes como aquellos normandos.
Fuente: http://www.esa.int/esl/ESA_in_your_country/Spain/Preparandonos_para_el_cometa_ISON