Si Ricardo Soulé, guitarrista de Vox Dei, hubiera estudiado Teoría General de la Relatividad (TGR) como Brian May, guitarrista de Queen, habría sabido que el presente podría ser solo una ilusión neurológica. Pero entonces, ¿la vida no fluiría a través de la membrana del presente? Las presuntivas aguas del tiempo borgeanas, ¿no correrían? La sensación humana de acumulación de pasado ¿no lo confirmaría? Quizás, no.
Guillermo Mattei
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Miguel San Martín, ingeniero argentino que trabaja en la NASA, visitó la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales para una charla. En una extensa y amena conversación compartió su experiencia en el Jet Propulsion Laboratory (JPL) en donde participó de las misiones Pathfinder, Opportunity, Spirit y Curiosity, así como sus proyectos futuros.
Adivinanza: ¿qué tienen en común dos fotones –en la jerga de la mecánica cuántica– entrelazados y dos rincones del universo muy distantes entre sí pero conectados por un agujero de gusano? Respuesta: la fábrica del espacio-tiempo.
A las 11.53 del 14 de septiembre de 2015 la pantalla del físico de guardia Marco Drago, en el Instituto Max Planck (Hannover, Alemania), le indicaba la entrada de un correo automático desde los sensores del complejo experimental LIGO (Estados Unidos). ¿Su contenido?, los datos de una colosal evidencia empírica esperada por casi veinticinco años y predicha por Einstein casi un siglo antes. El regalo perfecto para el cumpleaños número cien de la Teoría General de la Relatividad.
En algún pasillo de alguna Facultad de Bioquímica de alguna universidad resuena irónica la pregunta: “¿Ahora los físicos también creen que pueden explicar la vida?” ¿El motivo? La noticia de que un joven investigador se adjudica el descubrimiento de “una nueva teoría sobre el origen de la vida” basada en la famosa ley física de la entropía. Sin embargo, las ideas sobre la relación entre la vida y las leyes fundamentales de la física tienen varias décadas de discusión. Aquí la historia.
“Vivo entre formas luminosas y vagas que no son aún la tiniebla”, decía Borges en el poema Elogio de la sombra. Quizás podría decirse que muchos astrofísicos modernos también viven así. La fantasmagórica materia oscura y la más que evidente energía oscura, los desvela. En la nota, ¿qué cosas sabemos hoy de estas oscuridades cosmológicas? ¿Sabemos?