Un grupo de investigadores demostró que los datos de geolocalización provistos por los teléfonos celulares permiten inferir las tasas de contagio y pronosticar la evolución de la epidemia de manera muy consistente. El trabajo analizó el movimiento de alrededor de un millón de dispositivos móviles en los 41 distritos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) a lo largo de 60 días.
Gabriel Stekolschik GSTEKOL@DE.FCEN.UBA.AR
Bioquímico y Master en Comunicación Científica. Integrante del Centro de Divulgación Científica (Exactas-UBA).
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La experiencia mundial indica que, para los pacientes con COVID-19 que ingresan a terapia intensiva, la mortalidad puede superar el 50%. En la Argentina, el número de fallecimientos todavía es bajo y no alcanza para hacer una estadística significativa.
La producción de test diagnósticos, de antisueros y de vacunas, así como las investigaciones que buscan un tratamiento para la COVID-19 demandan cantidades crecientes de una proteína de “la corona” del virus, llamada Spike. Un laboratorio de Exactas UBA consiguió establecer un sistema de producción que podría satisfacer esa importante demanda a bajo costo.
Un análisis de la dinámica de la pandemia en nuestro país permite ver los efectos que tienen las personas exceptuadas de la cuarentena, los hábitos argentinos y las medidas de aislamiento en la transmisibilidad de la infección. De acuerdo con el trabajo, la pandemia está en remisión en las provincias pero no así en el AMBA.
Con herramientas de la física y las matemáticas, un grupo de investigadores argentinos demostró que la gran mayoría de una población desarrollará posturas extremas y opuestas aunque parta de una ligera diferencia de opinión.
La pandemia de COVID-19 es el resultado de infinitos eventos casuales que tienen cierta probabilidad de ocurrir. Lo raro es que estos sucesos no sean más frecuentes. Mutaciones varias, hospedadores diferentes, velocidad de los síntomas, transmisibilidad e índices de mortalidad forman un combo que puede determinar el éxito de un virus. ¿Se adaptará el COVID-19 al hospedador humano? Entretanto, la ciencia tiene su propia pandemia.