Volcán Malacara
Proyecto de patrimonio mundial

El camino del Malacara

A 50 kilómetros de Malargüe, en la provincia de Mendoza, se encuentra el volcán Malacara. Es uno de los más importantes de un paraje minado de volcanes. La zona tiene serias posibilidades de ser inscripto en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Datos y anécdotas de un lugar único.

11 Mar 2013 POR
Volcán Malacara

El volcán Malacara está en la lista indicativa de la CONAPLU con los sitios con posibilidades de ser declarados Patrimonio Mundial. Foto: Corina Risso

[audio:http://noticias.exactas.uba.ar/audio/NoyaDive1.mp3|titles=Entrevista a Florencia Noya Dive]

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Es una calurosa tarde de 2000, en un desértico paraje de la provincia de Mendoza. No muchos han transitado por esa zona en años y algunos lugareños lo conocen como “aquel lugar adonde llevar a pastar a los chivos”, pero ellos no saben, realmente, lo que tienen enfrente. La geóloga Corina Risso sí lo sabe, lo acaba de descubrir. Un poco shockeada, se sienta en una piedra junto a su marido y se preguntan: “¿Qué hacemos con esto? ¿Lo decimos o no lo decimos?”. Lo que tienen enfrente, y que miran maravillados, es un volcán. Uno que nadie había detectado hasta ese momento. Hoy, varios años después, el volcán Malacara (de él hablamos) es uno de los principales sitios turísticos de la zona de Malargüe, al sur de la provincia de Mendoza. Por lo tanto, asumimos que la respuesta a esa pregunta inicial, fue: “Lo damos a conocer”.

¿Y por qué aquellas dudas iniciales? Bueno, “uno siempre tiene la idea de que el turismo te destruye las cosas, y eso era tan prístino, tan hermoso…” dice Risso,  geóloga del Departamento de Geología de Exactas-UBA, quien trabaja desde hace más de veinte años con volcanes. Pero más allá de esa hermosura, la importancia de la zona está en la diversidad. Al sur del Departamento de Malargüe, se extiende este gran distrito volcánico de 36.000 Km2 en el que hay actualmente dos áreas naturales protegidas: la laguna de Llancanelo y la Payunia. Así lo describe Risso: “En un libro de volcanología uno puede ver que hay distintos tipos de volcanes y distintos tipos de productos volcánicos, bueno, todo eso está en la Payunia. Depende de dónde vayas, tenés los grandes volcanes, como el Payún Liso; las grandes calderas, como la del Payún Matru; los volcancitos chiquitos como Los Morados y, además, están los volcanes hidromagmáticos, como el Malacara. Y también tenés todos los tipos de productos que produce el volcanismo y lo que sale por el aire: lavas básicas basálticas, lavas ácidas traquíticas, depósitos de flujo piroclástico, están los campos de bombas y los flujos de lava negros. Lo maravilloso es que en pocos kilómetros podés hacer una clase completa de volcanología porque lo que vas mostrando está todo junto”.

En busca de la roca amarilla

Erupción de un volcán hidromagmático. Esquema de la interacción entre el magma ascendente y una capa freática

Hasta el año 98, Risso investigó volcanes en la Antártida y luego se dedicó a investigar volcanes de tipo hidromagmático en el resto de la Argentina. Así es como llegó a Mendoza adonde nadie había estudiado eso específicamente. “Eran cerros. Cuando yo empecé a trabajar, todos estos eran, para la gente del lugar, cerros. Empecé a decir que eran volcanes y me miraban entre impresionados y descreídos. Hoy se sabe que hay 865 volcanes”, cuenta Risso. Los volcanes hidromagmáticos tienen una característica especial, durante el proceso de erupción se encuentran con una capa freática (de agua subterránea) con lo cual la primera etapa de la formación es hidromagmática (una fusión de lava y agua), lo que multiplica la violencia del proceso, y forma depósitos de color amarillo, los últimos depósitos se quedan sin agua, y son de color negro. La zona de Malargüe, particularmente, no es muy lluviosa, pero cuando llueve, llueve mucho, ya que posee un régimen de inviernos secos e intensas lluvias estivales, y eso ayudó al primer descubimiento. La erosión de estas lluvias en los depósitos hidromagmáticos que son más lábiles que la lava fue descubriendo la roca amarilla. “Yo venía buscando algo amarillo, además todos los científicos buscamos bibliografía previa, y el geólogo que hizo la descripción de esta zona hace 50 años, hizo un comentario de unas piedras amarillas, y cuando vos sabés lo que estás buscando…”, comenta Risso, que sabía que esa era la señal inequívoca que confirmaba su descubrimiento. También es posible que haya habido un terremoto en esa zona, porque hay un lado del volcán que está desmoronado. Esos depósitos de lava desmoronados y luego erosionados por el viento forman unos túneles de acceso (llamados cárcavas) que hoy forman parte de los recorridos turísticos y que configuran un paisaje único en el Malacara (cuyo nombre hace referencia a un tipo de caballo de cara manchada) que despertó el interés de los investigadores primero, y después de la Provincia por su potencialidad turística.

Patrimonio de la comunidad

El final de la historia ya lo conocemos, el volcán fue dado a conocer y hoy es parte de la oferta turística de Malargüe. Pero la insistencia de Risso, junto al doctor Eduardo Llambías (de la Universidad Nacional de La Plata), basados en la belleza y el interés científico de toda la zona de los campos volcánicos Llancanelo, Payun Matru y Distrito Payunia motivó a que la provincia de Mendoza, a través de la intendencia de Malargüe y la Secretaría de Recursos Naturales de la Provincia, comenzara a pensar, y luego a gestionar, la inclusión de todo el territorio en la Lista Indicativa Nacional de aquellos sitios con potencialidad para ser declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO. Éste es el listado de aquellos bienes que el Estado reconoce con un valor universal excepcional, y planea en el mediano plazo presentar a la lista de Patrimonio Mundial. Este proceso, más allá de la voluntad y las buenas intenciones, es largo e involucra a muchos actores. La puesta en valor de un sitio se logra transitando ese camino, como lo explica Florencia Noya Dive, de la Comisión Nacional de Cooperación con la UNESCO (CONAPLU): “La inscripción de un sitio es como si fuera la cereza del postre de todo un proceso, y la riqueza está en ese proceso, porque implica la puesta en valor del sitio, el reconocimiento de la propia comunidad de los valores que tiene, y la implementación de un plan de gestión y de protección para asegurar que esos valores van a ser conservados y preservados para generaciones futuras”.

En ese proceso se encuentra actualmente la provincia, como cuenta Jorge Fernández, a cargo de la Unidad Técnica de la delegación Malargüe de la Dirección Natural de Recursos Naturales renovables: “Lo estamos canalizando a través de la Municipalidad de Malargüe, nos hemos apoyado en documentación de la UNESCO, en la redPEA (red de Escuelas Asociadas de la UNESCO), y estamos bajando una serie de materiales didácticos a los establecimientos escolares de la zona rural, como también en el ejido urbano del territorio que nosotros estamos proponiendo jerarquizar. Y también forma parte de este comité de gestión local una comunidad de identidad territorial, porque hay también algunas comunidades mapuches en torno al bien”, comenta Fernández, quien es, también, el ente vinculante en este proyecto entre la Municipalidad de Malargüe, la Provincia y la Dirección de Recursos Naturales de la provincia, y continúa: “El proceso está siendo en este momento muy participativo, bien abarcativo. Se ha incorporado a guardaparques que eran originarios de la zona, baqueanos que hemos incluido dentro del sistema, brigadistas de incendio. Hay una tendencia linda, interesante; esto la gente lo está observando, entonces están muy permeables”.

Hoy, la Provincia ya dio el primer paso, presentar la justificación del pedido, donde se explica por qué se cree que ese sitio tiene un valor universal excepcional. Pero eso es apenas el corazón del gran trabajo que queda por delante, y que es el dossier de nominación. El concepto mismo de Valor universal excepcional tiene una explicación teórica: “Este concepto refiere a los términos de la Convención de patrimonio mundial. Puede ser que haya muchos sitios que tengan un patrimonio natural o cultural muy valioso para su comunidad, o a nivel nacional, pero no necesariamente sean patrimonio mundial.  El valor universal excepcional se justifica por una serie de criterios, en este caso, Payunia está presentado bajo los criterios 7 y 8 de la Convención (Ver recuadro Aquí están…)”, aclara Noya Dive, quien visitó los campos volcánicos junto al Coordinador de Patrimonio Mundial y Cultural por Parques Nacionales, Roberto Molinari, para asesorar a los miembros de la comunidad de Malargüe sobre los pasos necesarios para elaborar el dossier de nominación, adonde conocieron a los geólogos Risso y Llambías que les dieron una perspectiva desde el punto de vista científico. Para la Provincia es una distinción más que esperan con orgullo, como cuenta Fernández: “Es un galardón más para Mendoza, para Argentina y, obviamente, para el Departamento de Malargüe. Si bien Mendoza tiene toda una historia y una trayectoria desde el punto de vista de la conservación muy importante, para nosotros poder jerarquizar dos sitios de areas naturales protegidas es todo un logro, es el sueño del pibe, de jugar en primera.

Mientras la Provincia hace esfuerzos para cumplir ese sueño, está transitando por ese proceso largo y complejo que implica la realización del dossier, matizando las ilusiones con mucha perseverancia y algo de paciencia. El camino es largo, pero todos los actores involucrados están enfocados en un objetivo que ha logrado, hasta ahora, superar políticas que buscan réditos rápidos, y reemplazarlas por metas de largo plazo.

 

Aquí están, esto son…

A la fecha, la lista con los sitios declarados como Patrimonio de la Humanidad asciende a 962, divididos en culturales (745), naturales (188) y mixtos (29), y ratificó la Convención de Patrimonio mundial un total de 189 Estados parte. Para ser incluído en la lista de Patrimonio un sitio debe tener un valor universal excepcional y cumplir con, por lo menos, uno de los criterios establecidos por la Convención. En el caso de los Campos volcánicos, están justificados por los criterios 7 y 8 que dicen lo siguiente:

7.  Representar fenómenos naturales o áreas de belleza natural e importancia estética excepcional.

8. Ser un ejemplo eminentemente representativo de las grandes fases de la historia de la Tierra, incluido el testimonio de la vida, de procesos geológicos en curso en la evolución de las formas terrestres o de elementos geomórficos o fisiográficos.

La Argentina tiene en esa lista los siguientes sitios:

Culturales

– Cueva de las manos

–  Misiones Jesuíticas y Estancias de Córdoba

– Misiones Jesuíticas de los Guaraníes

– Quebrada de Humahuaca

Naturales

– Parque Nacional Iguazú

– Parques Naturales Ischigualasto / Talampaya

– Parque Nacional Los Glaciares

– Península Valdés

Y están incluídos en la lista tentativa:

– Parque Nacional Los Alerces

– Campos Volcánicos Llancanelo y Payun Matru, Distrito Payunia

– Casa Curutchet

– Parque Nacional Sierra de las Quijadas

– Sistema Vial Andino / Qhapaq Ñan

– Valle Calchaquí