Neiva Guedes, la bióloga brasileña que, luego de treinta años de trabajo en el Mato Grosso, consiguió que el guacamayo azul deje de estar en peligro de extinción y lo convirtió en un ícono global del conservacionismo con la película “Río”, brindó una conferencia en la que explicó los desafíos que implica estudiar la reproducción de especies amenazadas en un contexto de avance de la frontera agrícola y destrucción del hábitat.
comportamiento
Un grupo de investigación de Exactas UBA “le preguntó” a las abejas cómo decidían entre recoger polen o recolectar néctar para llevar a la colmena. Preguntaron en el momento justo. Y la respuesta que obtuvieron cambió una idea que había prevalecido en la ciencia durante la última década.
Un estudio sobre comportamiento dio lugar a un hallazgo que, hasta ahora, no se había descripto en ningún animal.
Un estudio efectuado en peces demostró que, a través del alimento, se puede disminuir la agresividad de los machos que pelean por el territorio. Es la primera vez que se hacen estos experimentos en peces adultos. Los resultados de la investigación tienen particular relevancia para la cría comercial de especies comestibles y ornamentales.
Los peces conocidos como “morena”, tanto machos como hembras, son agresivos y pelean permanentemente por su espacio de agua. El triunfador en esa lucha marcará su territorio, pero ambos registrarán cambios en su cerebro. El hallazgo le corresponde a la investigadora uruguaya Ana Silva, quien adelanta que apunta a construir perfiles que le permitan encontrar tendencias generales universales de la dominancia y subordinación.
Los peces más agresivos, que pelean por dominar el grupo, muestran altos niveles de testosterona. Nuevos experimentos demuestran que las hembras pelean tanto como los machos, y las que tienen niveles más altos de estrógenos antes del combate son las ganadoras. Pero también se vio que en los machos aumentan los niveles de hormonas sexuales luego de la lucha.