En el último informe del IPCC, que reúne toda la evidencia científica de los aspectos físicos del cambio climático, investigadores e investigadoras de todo el mundo concluyeron que el sistema del clima cambia rápidamente por una influencia humana abrumadora y consideran que algunas transformaciones son irreversibles. En NEXciencia les presentamos un análisis minucioso que resalta los aspectos más trascendentes del estudio, junto con la opinión de expertas y expertos argentinos que formaron parte del trabajo.
cambio climático
El promedio de aumento del nivel del mar en el Atlántico Sur es de casi tres milímetros anuales. Este escenario se registra desde la línea del ecuador hasta Ushuaia. Simulaciones computacionales proyectan que, en el área de Mar del Plata, las aguas podrían elevarse casi medio metro en cien años.
En la cuenca argentina del océano Atlántico se encuentra, proveniente de la Antártida, el agua profunda más fría del planeta. Un relevamiento llevado a cabo por un consorcio internacional frente a la costa de Uruguay, en profundidades de más de 4.700 metros, detectó que su temperatura viene aumentando durante la última década.
La Corriente de Brasil en el Atlántico Sur viene aumentando la temperatura desde hace tres o cuatro décadas. Esto genera que algunas especies de peces e invertebrados se desplacen hacia el Sur en busca de aguas más frías. Estas alteraciones, que repercuten en el equilibrio marino y en la industria pesquera, son analizadas en investigaciones publicadas recientemente.
Que el Polo Sur bata marcas de temperatura es imaginable por lo extremo de su ubicación. Lo llamativo es que esos récords no sean producto del frío, como es esperable, sino del calor. Un estudio científico detectó que la zona más austral del planeta experimentó un aumento significativo de la temperatura de 0,6°C por década, tres veces mayor al promedio mundial.
Como toda tecnología emergente, llega con promesas de hacer del mundo un lugar mejor para todos y todas. Sin embargo, una gran parte de lo que promete es engañoso o no tiene sustento científico. Se trata de la producción de tejido muscular a partir del cultivo de células madre. Quieren llamarlo “carne” y venderlo en los supermercados.