“A mi madre no le va gustar leer esta nota”, dice con humor María Clara Lamberti, vulcanóloga de Exactas UBA, cuando relata sus vivencias de campaña, sus escaladas a la cima de esos gigantes para intentar comprender qué está pasando ahí abajo. Para ella los volcanes son la puerta de entrada al interior de la Tierra y confiesa, para espanto de muchos, que su sueño es vivir un gran terremoto.
Bitácora
Cada año, a mediados de octubre, se produce un encuentro esperado en la provincia de Buenos Aires. El biólogo Diego Tuero espera el regreso de unas aves migratorias muy particulares, que viajan unos 4.500 kilómetros desde el norte de Sudamérica. Un vuelo extenso, extenuante, que deja a la mitad en el camino. Quizás, lo curioso sea que algunas lo completen. Es que, en teoría, la forma de su cuerpo les debería jugar en contra.
Hace más de veinte años que la bióloga Isabel Gómez Villafañe sigue de cerca a los roedores, en especial, a los que transmiten hantavirus, una enfermedad que puede ser letal. Con un equipo casi detectivesco busca sus rastros, los analiza y brinda pautas para prevenir contagios. Acostumbrada a tomar riesgos, también prueba con fuego. Con incendios programados, intenta recuperar la fauna nativa.
Víctor Ramos no solo habla rápido, su carrera también se ha desarrollado de manera vertiginosa para quien estudia las velocidades de levantamiento de los Andes. Fue el primer sudamericano en ser miembro honorario de la Sociedad Geológica Americana, es profesor emérito de la Universidad de Buenos Aires y carga con 60 años de campaña en su mochila por América, Asia y Europa. Obtuvo numerosos premios locales e internacionales, pero su verdadera colección de logros es otra.