Entre los múltiples organismos que habitan los árboles, los hongos endófitos tienen la particularidad de entablar simbiosis beneficiosa para los primeros. Son también considerados “hot spots” de la diversidad, por la gran cantidad de especies que puede albergar un solo árbol. Cecilia Carmarán y Victoria Novas encabezan el grupo que los estudia.
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Sancionada a fines de 2007, tardó más de un año en ser reglamentada. Hoy, la mayoría de las provincias realizaron su ordenamiento territorial y reciben fondos para planes de manejo. Pero otras todavía no cumplieron y, en algunas, como Salta y Santiago del Estero, los desmontes ilegales continuaron. Los acuerdos son difíciles de lograr, y los controles y sanciones brillan por su ausencia.
Conceptos como agua virtual y huella hídrica responden a la necesidad de cuantificar el consumo de este recurso esencial. El comercio de granos y frutos representa una gran transferencia de agua desde las regiones donde abunda. Según los especialistas, las ganancias del sector agropecuario deberían contemplar la compensación por la degradación del suelo y el agotamiento de recursos hídricos.
Hasta hace algunos años los humedales eran considerados zonas poco aprovechables. Sin embargo, su estudio ha permitido revalorizarlos y hacer comprender a la sociedad que son ecosistemas biodiversos y ricos en recursos propios. El grupo de investigación que dirige Roberto Bo trabaja en el estudio de humedales, su preservación y uso sustentable.
Las actividades humanas que implican el uso extensivo de la tierra, tales como la urbanización, la agricultura, la forestación, la ganadería, afectan la diversidad biológica. El equipo de investigadores que dirige María Isabel Bellocq se ocupa de analizar estos fenómenos que ocurren a grandes escalas geográficas y estudiar de qué manera éstos alteran o modifican la biodiversidad.
Se los encuentra en medio del campo o al costado de una ruta, nadando en los charcos que se forman luego de una lluvia. “Aparecen” en lugares en los que, pocas semanas atrás, todo estaba seco. Por esta razón, los aborígenes los llamaban “peces llovidos del cielo”. Se los conoce como killis y son codiciados por acuaristas de todo el mundo.