Un equipo del IFIBYNE identificó un potencial blanco terapéutico para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas a partir del estudio de la interacción de distintos mecanismos moleculares vinculados a procesos inflamatorios en el sistema nervioso central que hasta aquí solían analizarse por separado.
Alzheimer
En ratones, un equipo de investigación consiguió revertir parcialmente los daños que provoca la enfermedad de Alzheimer. Mediante un protocolo de restricción alimentaria, redujeron el déficit cognitivo y disminuyeron las lesiones cerebrales sin que los animales pierdan peso. Los resultados adquieren particular relevancia frente a la ineficacia de los tratamientos farmacológicos actuales.
Lo inesperado juega un rol fundamental a la hora de aprender algo nuevo o de consolidar un recuerdo. Un error de predicción puede “abrirnos la cabeza” y modificar nuestras memorias. Un equipo interdisciplinario de investigadores apunta a aprovechar ese conocimiento para tratar trastornos de ansiedad y, también, el deterioro cognitivo leve, que puede llevar al Alzheimer.
La ingesta de grasas durante la juventud podría predisponer a sufrir enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer. Investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA demostraron que, en ratones de pocos meses de vida, un ligero aumento de lípidos en su dieta provoca desórdenes metabólicos, problemas en el aprendizaje, ansiedad, depresión y señales de envejecimiento en el cerebro. Y todo eso sin aumentar de peso.
Un equipo de investigadores argentinos descubrió que, en etapas tempranas de la enfermedad, ciertas células del cerebro utilizan la llamada “vía autofágica” para intentar eliminar los depósitos de proteína amiloide, causantes de la patología neurodegenerativa. Ahora, los científicos se proponen estimular esa vía para ayudar a las células cerebrales a lograr su objetivo.