Un experimento efectuado durante el invierno en la provincia de La Pampa mostró que los huevos del mosquito transmisor del dengue, zika, chikunguña y fiebre amarilla recolectados en la Ciudad de Buenos Aires pueden adaptarse exitosamente a las condiciones más adversas de la estación fría pampeana.
Aedes aegypti
Se publicó el primer estudio epidemiológico nacional sobre el dengue en la Argentina. Los resultados muestran que el 24,5% de los mayores de 18 años que viven en el Área Metropolitana de Buenos Aires tiene anticuerpos contra el virus. Esas personas corren el riesgo de contraer dengue grave, también conocido como dengue hemorrágico, una complicación de la enfermedad que es potencialmente mortal.
La infección por el virus Zika puede dejar secuelas irreparables en la visión. Un grupo de investigadoras demostró que una sustancia natural que está presente en varios frutos es efectiva para contrarrestar la infección por el virus Zika en células humanas de la retina. En los experimentos exploraron si dicha eficacia variaba cuando las células provenían de una mujer o de un varón.
Un experimento efectuado con el mosquito transmisor de dengue, Zika, chikunguña y fiebre amarilla muestra que, “en la vida real”, al insecto no le va tan bien como se estima en el laboratorio. Esa es la buena. La mala es que un recipiente abandonado puede servir de criadero para el desarrollo de las larvas independientemente del tiempo que haya sido dejado a la intemperie.
Un trabajo efectuado en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA refutó una aseveración sostenida durante décadas por la comunidad científica. Es una investigación sobre el Aedes aegypti, transmisor de dengue, zika, chikungunya y fiebre amarilla, que confirmó que el mosquito cuenta con un mecanismo clave que aumenta su probabilidad de supervivencia en lugares con largos inviernos.
Una investigación sobre el mosquito transmisor de dengue, zika, chikunguña y fiebre amarilla relacionó la mortalidad del insecto con las condiciones climáticas del invierno porteño. Los resultados muestran que solo en momentos de olas de frío la mortandad es pronunciada. De todos modos, un número significativo sobrevive y alcanza el estado adulto. Según el estudio, sería un mecanismo de selección natural que estaría posibilitando que el mosquito se esté adaptando al clima de Buenos Aires.