Transferencia

Emprender desde la ciencia

Jaume Reventós, médico y doctor en biología celular español, visitó Exactas para trasmitir su experiencia en la creación de una empresa especializada en biología molecular, que surgió del ámbito público.

13 Sep 2012 POR

Jaume Reventós durante la charla que brindó en la FCEyN. Foto: Juan Pablo Vittori

“Emprendedor es el que tiene inquietud personal, cree en su capacidad de llevar adelante su proyecto y sabe que nadie va a hacer nada que él no haga”, subrayó Jaume Reventós, médico y doctor en biología celular del Hospital Universidad Vall d´Hebron, España, y creador de la empresa TransBioMed, spin off de esa institución, durante su reciente visita a la Argentina.

Reventós visitó la Facultad para contar su experiencia en la investigación pública y en la creación de una empresa especializada en biología molecular, para el tratamiento contra el cáncer con biomarcadores, cuyo objetivo es seguir desarrollando tecnologías para avanzar en la medicina personalizada.

“La idea de crear una empresa surgió de las investigaciones que realizamos en los últimos 15 años, identificando nuevas moléculas para el tratamiento del cáncer. Al principio teníamos una visión muy académica y los trabajos quedaban en el laboratorio: aislábamos un factor relacionado con el cáncer, lo estudiábamos y eso se publicaba. Pero hace cinco años comprendimos la utilidad de establecer biomarcadores y llegar al mercado con esta herramienta que es muy útil para conocer la enfermedad, realizar un diagnóstico precoz y seguir el tratamiento de los pacientes”, explicó.

Los servicios que ofrecía el laboratorio del hospital a empresas (un aspirado uterino no invasivo capaz de generar un diagnóstico precoz de cáncer de útero) fue el desencadenante para avanzar en el emprendimiento y desarrollar otras tecnologías que, por ejemplo, en poco tiempo podrían ofrecer nuevas soluciones para diagnosticar el cáncer de próstata con un análisis de orina.

Podrían haber pensado en transferir la tecnología para diagnosticar el cáncer, pero decidieron crear una empresa ¿Por qué?

– En aquel momento pensamos que la estructura pública no nos garantizaba la posibilidad de avanzar en el emprendimiento. Ahí tampoco encontrábamos la ayuda que necesitábamos para obtener la licencia de las patentes. Así que recurrimos al sector privado, buscamos un socio industrial o un financiador. Para encarar el proyecto fuimos al parque tecnológico de la Universidad de Barcelona y nos relacionamos con el departamento de creación de empresas. Es muy importante que estas estructuras existan en las universidades, porque en ese momento el acompañamiento es crucial. La Universidad de Barcelona nos ayudó a solicitar las primeras inversiones públicas. Luego, buscamos inversores de capital riesgo (del gobierno de Cataluña y capitales privados), contratamos técnicos, investigadores y un director de desarrollo. Queríamos llevar la tecnología hasta los estándares de producción y comercialización necesarios para obtener la licencia de la Unión de Europea, que está en trámite.

¿Cuáles fueron los momentos más críticos del proceso de creación de la empresa?

– Hubo un momento crítico durante la negociación de la transferencia del conocimiento desde el ente público donde prestábamos nuestros servicios, al cual le pertenecen los derechos de la investigación, y la empresa. Ayudó la estructura del grupo de investigación, que vio la oportunidad de llevar al sector productivo descubrimientos que ellos no estaban preparados para realizar. Esta carencia nos ayudó a emprender por la vía privada, a buscar recursos y oficinas de abogados y de patentes. Hoy vamos hacia una fusión y absorción por parte de un grupo industrial. Estamos frente a una situación de duda. Si el proceso avanza, ya no vamos a tener el liderazgo, porque quedamos con una parte minoritaria. De todos modos, no quiere decir que vaya a perder interés en la empresa, aunque sea un holding más grande. Seguramente participaré en el consejo de administración o científico. Por otra parte, España vive un momento crítico y nadie sabe cómo vamos a salir adelante. Pero creo que las crisis también son oportunidades. Los inversores que han estando invirtiendo en el mercado inmobiliario durante muchos años, ahora tienen que buscar otras salidas, y eso significa una oportunidad para la biotecnología.

Cuando eras médico del laboratorio, ¿te imaginabas como empresario?

– Antes me veía más como un investigador académico. Me gusta la docencia, dirigir becarios y tesis doctorales. Eso lo sigo haciendo. Pero en los últimos 10 años quería que las investigaciones científicas no terminaran en el laboratorio. La idea de la empresa también es muy atractiva porque siempre hay una renovación de gente joven que emprende la carrera de investigador y que tienen un futuro distinto al nuestro. Piensan menos en un cargo único para toda la vida y saben que tienen que diversificar, trabajar en la parte publica, vincularse a una empresa, hacer docencia, etcétera. Quizás lo descubrí un poco tarde y debería haberlo emprendido a los treinta años, en vez de a los cincuenta y largos que tengo ahora.