Bajo una amenaza latente
Desde el fin de semana pasado ha comenzado a regir sobre la franja central del país un nuevo patrón de circulación, que se caracteriza por la presencia de vórtices o sistemas de baja presión en altura que, cuando se profundizan lo suficiente y adquieren determinadas características, se los conoce comúnmente en la jerga meteorológica como… Ver artículo
Desde el fin de semana pasado ha comenzado a regir sobre la franja central del país un nuevo patrón de circulación, que se caracteriza por la presencia de vórtices o sistemas de baja presión en altura que, cuando se profundizan lo suficiente y adquieren determinadas características, se los conoce comúnmente en la jerga meteorológica como bajas segregadas. Una de sus características más importantes es que estos sistemas suelen permanecer estacionarios por varios días en una misma región, o a lo sumo se desplazan muy lentamente hacia el este. Por otro lado, es común que a estos sistemas se los encuentre en los niveles medios y altos de la atmósfera, y solo en muy pocos casos este sistema de baja presión se replica en los niveles cercanos a la superficie. Asimismo, la zona principal -aunque no necesariamente la única- en donde el aire asciende y condensa la humedad para formar nubosidad y eventualmente lluvias, suele ubicarse al este de la baja segregada. Debido a su lento desplazamiento, no es raro que una dada región permanezca varios días bajo su influencia y por ende registre varios días de precipitaciones persistentes.
En situaciones donde la masa de aire reinante contiene un alto contenido de humedad, la presencia de dichos sistemas conlleva cierto peligro debido al riesgo de inundaciones. Nuestro país, y en particular la región central, es particularmente proclive a eventos de inundaciones cuando estos sistemas se encuentran con una masa de aire particularmente húmeda, que favorece que las lluvias sean abundantes y persistentes en un mismo sector. Quizás el caso más resonante que se recuerde de los últimos tiempos es la inundación del 2 de abril del año pasado, cuando las ciudades de Buenos Aires y La Plata registraron inundaciones por la caída de más de 300 mm en pocas horas en el último caso que determinó un saldo trágico.
Durante el fin de semana pasado, varias zonas de la región de Cuyo y de la provincia de Córdoba fueron afectadas por abundantes precipitaciones, las cuales dieron lugar al desborde de ríos y arroyos y provocaron inundaciones, que obligaron en muchos casos a la evacuación de la población. Si bien sobre la Pampa Húmeda no se dio una situación tan extrema, las lluvias y las tormentas han sido moneda corriente en los últimos días, aunque por lo general las mismas han tendido a darse en forma más aislada y por este motivo no generaron complicaciones.
Sin embargo, las perspectivas meteorológicas indican que en los próximos días, hasta comienzos de la semana próxima, continuarán desplazándose por la franja central de Argentina nuevos sistemas de baja presión en altura. Los mismos favorecerán la ocurrencia de lluvias y tormentas en todo el centro y buena parte del norte del país, desde la región cordillerana hasta el litoral atlántico. En algunos sectores, las precipitaciones pueden ser abundantes y dar lugar a inundaciones en forma puntual. Por tal motivo recomendamos estar pendientes de los avisos y alertas que el Servicio Meteorológico Nacional pueda emitir.