Un lugar en la matemática mundial
Por primera vez, la vicepresidenta de la Unión Matemática Internacional será una argentina y, por segunda vez, será una mujer. Alicia Dickenstein, profesora del Departamento de Matemática, fue elegida para ese cargo desde 2015 a 2018. El anuncio se hizo en el congreso internacional que tuvo lugar en Seúl. La eligió una asamblea de matemáticos representantes de todo el mundo.
Seúl, la capital de Corea del Sur, fue la capital de la matemática del 13 al 22 de agosto. Ahí tuvo lugar el congreso que cada cuatro años organiza la Unión Matemática Internacional (IMU, por sus siglas en inglés) y donde se entregan las medallas Fields, que se reconocen como equivalentes al Nobel. Más allá de las cuatro medallas de oro, la principal resonancia que tuvo por nuestras tierras fue por el premio que recibió Adrián Paenza durante el congreso. Pero hubo otro hecho destacable que, sin tanto impacto en la prensa, es todo un signo de estas épocas de la ciencia nacional: la profesora de Exactas Alicia Dickenstein fue elegida por representantes de todo el mundo como vicepresidenta de la IMU desde 2015 hasta 2018. “Es muy placentero que me reconozcan. Tiene que ver con mis antecedentes académicos pero también involucra la posibilidad de hacer tareas para otros, para la comunidad, que es algo que yo hice toda mi vida”, le cuenta a el Cable Alicia Dickenstein apenas superado el jet lag, tras su arribo a Buenos Aires.
– ¿Sabías que eras candidata a ocupar la vicepresidencia de la IMU?
– No. Hay un comité de nominación público formado por matemáticos de todo el mundo que presentan una lista de candidatos. Me escribieron en febrero para preguntarme si estaba dispuesta a ser vocal de la IMU, porque es una cuestión de prestigio pero también de mucho trabajo. Después, me cayó todo de una nube. Se votó en la asamblea general el 11 de agosto. Tuve que presentarme un poco. Soy visible porque hago muchas cosas, pero no estaba trabajando para eso.
– ¿Cuáles serán tus tareas en la IMU?
– Hay muchas cosas de las cuales uno se puede ocupar en la IMU y que involucran a la comunidad. Hay una comisión muy grande para el desarrollo de la matemática en los países no desarrollados. En este momento, todas las energías están puestas en África, hay muchísimas iniciativas. Hay otra comisión que estudia qué pasa con los grandes cursos online; hay otra de enlace con consejo internacional que nuclea a todas las ciencias; también está la Comisión Internacional para la Instrucción en Matemática.
– Tenés varios libros publicados para niños y jóvenes, desarrollaste proyectos educativos en escuelas públicas desde el Departamento de Matemática, entre otras muchas iniciativas. ¿Te interesa especialmente trabajar desde la IMU para llevar la matemática fuera de la academia?
– Voy a empezar con el cargo en 2015 y todavía no tengo definido qué obligaciones tomaré. Amo dar clases en Exactas, los alumnos son excelentes en todo sentido, pero siempre tuve mucho interés también en trabajar para la comunidad. Veré qué hacer, eso depende de la iniciativa que uno tenga. Por ejemplo, actualmente preside la IMU una mujer, una belga, Ingrid Daubechies, que es excelente matemática y que, además, le puso el toque femenino, está en todos los detalles y generó muchísimas iniciativas que ahora habrá que continuar. Además, fue la primera mujer en ser elegida presidenta. Y yo, la segunda elegida vice.
– De los diez miembros totales del comité ejecutivo, seremos sólo dos mujeres. Por otro lado, este año ha sido la primera vez que se otorga una de las medallas Fields a una mujer, Maryam Mirzakhani. O sea que los tiempos están cambiando, hasta ahora lentamente, pero creo que este proceso de igualdad se irá acelerando. En nuestro país, la situación de las mujeres científicas es decididamente mejor que en muchos otros países, incluso del Primer Mundo.
– Los premios que recibió Miguel Walsh, el de Paenza, tu nombramiento… Esos hechos parecen indicar que la matemática argentina está en un nivel destacable. ¿Estás de acuerdo?
– Estamos pasando por un gran momento. El nivel de la matemática argentina ha crecido de manera notoria. A cada país miembro, la IMU le asigna un grado, de acuerdo a su desarrollo de la matemática. La Argentina era grado dos hasta 2013 y, a partir de este año, nos ascendieron a grado tres. El impulso que dio la creación del Ministerio de Ciencia, las becas del CONICET… Hemos podido viajar, contar nuestro trabajo, invitar a científicos. Todo eso nos permitió desarrollarnos y hacernos visibles a la comunidad internacional. Otra señal en el Congreso de la IMU fue la participación como invitados de las sesiones, que es un reconocimiento importante, a dos matemáticos argentinos; uno fue Guillermo Cortiñas, profesor de Exactas, y el otro Nicolás Andruskievitz, que se formó en Exactas y ahora trabaja en Córdoba.
– Además, la matemática crece también en el resto del mundo.
– Es porque cada vez más la matemática está ligada con aplicaciones. Durante muchos años su gran fuente de motivación fueron los problemas de la física, luego pasó a ser la computación y ahora se incorporó la biología. Hay mucha más interacción, un florecimiento. Y hay una vieja pregunta de por qué la matemática tiene que ver con todo, si es algo abstracto que está en mi cabeza. Yo no sé cuáles son las leyes que hicieron el universo, pero mi explicación es que esas mismas leyes hicieron nuestro cerebro, que es parte del universo. Cuando hacemos matemática logramos poner en palabras los circuitos de nuestro cerebro.