Un equipo de científicas argentinas desarrolló un método que permite descubrir la presencia del coronavirus en aguas residuales. La iniciativa permite registrar aumentos o descensos de la circulación del SARS-CoV-2 entre la población. Y, si las mediciones se extienden en el tiempo, podría brindar una señal de alerta temprana ante eventuales rebrotes de la enfermedad.
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La producción de test diagnósticos, de antisueros y de vacunas, así como las investigaciones que buscan un tratamiento para la COVID-19 demandan cantidades crecientes de una proteína de “la corona” del virus, llamada Spike. Un laboratorio de Exactas UBA consiguió establecer un sistema de producción que podría satisfacer esa importante demanda a bajo costo.
Investigadoras e investigadores argentinos trabajan para lograr una reducción en los recursos que se invierten para detectar el virus causante de la pandemia. Un equipo impulsa la fabricación de un test nacional para reemplazar el kit importado de PCR que se usa en la actualidad. Otro grupo propone reemplazar los testeos individuales por un análisis de muestras agrupadas. Ambas iniciativas recibirán fondos del Estado nacional.
Dos equipos de científicas y científicos argentinos trabajan en la implementación de diferentes herramientas informáticas que permitirán manejar grandes cúmulos de información en tiempo real para facilitar la toma de decisiones en el marco de la pandemia. Son dos de los 64 proyectos que fueron seleccionados en la Convocatoria Extraordinaria IP-COVID-19 organizada por la Agencia de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación.
Un análisis de la dinámica de la pandemia en nuestro país permite ver los efectos que tienen las personas exceptuadas de la cuarentena, los hábitos argentinos y las medidas de aislamiento en la transmisibilidad de la infección. De acuerdo con el trabajo, la pandemia está en remisión en las provincias pero no así en el AMBA.
Desde hace algunas semanas, diferentes países de Europa y América evalúan, para la salir del confinamiento, la entrega “pasaportes de inmunidad” para aquellas personas que se hayan recuperado de COVID-19 y tengan anticuerpos en su sangre. El reconocido inmunólogo argentino Gabriel Rabinovich pide mucha cautela en el uso de esta herramienta y explica por qué la presencia de anticuerpos no es garantía de inmunidad. Por otro lado, anticipa que lo más probable es que no haya vacuna hasta el año que viene.