La decisión del gobierno nacional de degradar el Ministerio de Ciencia y Tecnología al rango de secretaría pone en evidencia que la promesa de constituir el desarrollo científico tecnológico nacional en política de Estado no fue más que una promesa electoral. A su vez, la permanencia en el cargo de Lino Barañao demuestra la falsedad de que su presencia sellaba la garantía de esa continuidad. Aquí la palabra de algunos de los más destacados investigadores argentinos que expresan su bronca y tristeza por la resolución y su preocupación por el futuro.
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Para poder trabajar, los investigadores del CONICET ponen dinero de su bolsillo. Desde el año 2016, tienen proyectos de investigación aprobados por el Ministerio de Ciencia, pero no les dan el dinero. Aquí, el testimonio en primera persona de dos científicas que hacen malabares para sostener el trabajo de sus becarios. Una de ellas ganó el premio INNOVAR por el desarrollo de un remedio para el tratamiento de las conjuntivitis virales.
De manera sorpresiva, el Ministerio de Ciencia dio de baja los programas de cooperación científica internacional dejando truncos proyectos en marcha. El malestar de los investigadores e investigadoras por una decisión que involucra acuerdos diplomáticos y pone obstáculos para el intercambio de conocimientos con otros países.
El Ministerio de Ciencia anunció la inyección de 550 millones de pesos al presupuesto del CONICET para lo que resta de este año. La decisión fue tomada después de una semana de protestas de parte de la comunidad científica y de una fuerte carta firmada por 241 directores de institutos de investigación. ¿Resulta suficiente?
En el marco de las "X Jornadas Nacionales de Ciencias del Mar", que se desarrollaron en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, brindó una conferencia plenaria Martín Tresguerres, quien actualmente se desempeña como profesor en el Instituto de Oceanografía Scripps, en San Diego, Estados Unidos, estudiando la evolución de mecanismos celulares en organismos marinos, y cómo estos les permiten sobrevivir y adaptarse a distintos ambientes.
Científicos de Estados Unidos y de la Argentina hallaron en la provincia de Misiones al mosquito Aedes albopictus y detectaron que, al contrario de lo que ocurre en otros países, no es un eficiente transmisor de chikungunya y menos aun de dengue.