Docentes, investigadores y estudiantes de Exactas UBA mantienen un intercambio permanente con pobladores, maestros y alumnos de escuelas de zonas rurales y del Delta bonaerense a través del Proyecto Humedales y Fauna. Comprender cómo se vinculan los lugareños con los animales ayuda en la investigación científica de la ecología de esos hábitats.
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Neiva Guedes, la bióloga brasileña que, luego de treinta años de trabajo en el Mato Grosso, consiguió que el guacamayo azul deje de estar en peligro de extinción y lo convirtió en un ícono global del conservacionismo con la película “Río”, brindó una conferencia en la que explicó los desafíos que implica estudiar la reproducción de especies amenazadas en un contexto de avance de la frontera agrícola y destrucción del hábitat.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), casi un tercio de la producción de comida destinada al consumo humano es desperdiciada cada año. Un equipo de científicos y científicas buscan compuestos entre los desperdicios que puedan ser reutilizados como ingredientes para enriquecer otros alimentos.
La resistencia de las vinchucas a los insecticidas es el principal problema para el control de la transmisión de la enfermedad de Chagas. Un grupo de investigación se hizo una pregunta simple que, curiosamente, el mundo de la ciencia nunca se había hecho. La respuesta que hallaron cuestiona la manera en la que se formulan los insecticidas y podría ayudar a comprender los procesos que generan esa resistencia.
Cora Dvorkin es física de Exactas UBA y se doctoró en la Universidad de Chicago. Distinguida con diferentes becas y premios, actualmente es profesora de la Universidad de Harvard. Entre las diversas facetas de su trabajo, Dvorkin intenta desentrañar los misterios que esconde la materia oscura y entender la naturaleza de ese universo primigenio que tuvo lugar unos instantes después del Big Bang. De estas y otras incógnitas que todavía guarda el cosmos, habló con NEXciencia durante su paso por Buenos Aires.
Neurus cazó rayos cósmicos y acaba de mostrar sus primeros resultados. Instalado en la Antártida, este detector de partículas del Cosmos fue desarrollado por especialistas en la Argentina dentro de un proyecto latinoamericano, y funciona con éxito desde 2019. Sus observaciones buscan colaborar con el desarrollo de una meteorología espacial que permita advertir a tiempo perturbaciones que pueden dañar equipos satelitales e impedir comunicaciones en la Tierra.