
Investigadoras e investigadores argentinos diseñaron una plataforma de nanoencapsulamiento, unida a una proteína extraída de la semilla de quinua, capaz de vehiculizar compuestos bioactivos con propiedades antioxidantes que no se degradan en su paso por el aparato digestivo. Apuntan a aplicarla en la elaboración de un alimento funcional, posiblemente un yogur.