La nueva edición del Nobel de Medicina reconoció el trabajo de Svante Pääbo por sus aportes a la comprensión de la historia evolutiva humana. Sus investigaciones no solo permitieron secuenciar por primera vez el genoma del neandertal, sino que establecieron la transmisión de genes entre éstos y otros homínidos antiguos con el Homo sapiens, permitiendo pensar y explorar qué es lo que nos hace propiamente humanos.
Nobel de Medicina
Tres científicos estadounidenses fueron galardonados por la Academia Sueca por el descubrimiento de las bases moleculares que controlan nuestro reloj biológico, un mecanismo adaptativo que permite a los seres vivos acomodarse a los cambios que se producen a lo largo del día por la rotación de nuestro planeta. El hallazgo fue fundamental para comprender algunos problemas del sueño.
La autofagia es el mecanismo que les permite a las células obtener energía ante la adversidad. La Academia sueca anunció ayer como ganador del Nobel de Medicina a Yoshinori Ohsumi, el hombre detrás del conocimiento de cómo funciona ese mecanismo que abre la puerta a la posibilidad de entender trastornos como el Parkinson o la diabetes.
El irlandés William Campbell y el japonés Satoshi Omura, por las drogas antiparasitarias, y la china Youyou Tu, por la terapia antimalaria, fueron los galardonados este año por el Instituto Karolinska.
Los laureados son el John O’Keefe (Reino Unido) y Edvard y May-Britt Moser (Noruega), por el descubrimiento de neuronas específicas vinculadas con la orientación y el desplazamiento en el espacio.
La Academia sueca distinguió a los estadounidenses James Rothman y Randy Schekman, y al alemán Thomas Südhof, por sus descubrimientos acerca del sistema de transporte de proteínas dentro de las células y hacia el exterior de ella, como sucede en la producción de hormonas, anticuerpos y neurotransmisores. Las fallas en la regulación de ese transporte dan lugar a trastornos neurológicos, endócrinos o inmunológicos.