
Desde 2020 las lenguas de fuego se convirtieron en una postal repetida para el Delta del Río Paraná. En lo que va del año, se registraron casi ocho mil focos con más de cien mil hectáreas afectadas. El cuadro de situación actual resulta inquietante por las condiciones ambientales de sequía y aguas bajas que se mantendrían en los próximos meses.