Los eventos extremos son fenómenos climáticos cuya magnitud difiere de los valores habituales. El ser humano es vulnerable a estos sucesos, para los cuales no está preparado. El equipo de Olga Penalba estudia eventos extremos relacionados con exceso o déficit de precipitación y el modo en el que afectan, por ejemplo, a la agricultura y la ganadería.
cambio climático
El cambio climático, su posible influencia sobre las pesquerías en el Mar Argentino o la conservación de especies son algunas de las temáticas que aborda VOCES, un proyecto de investigación sobre ecosistemas oceánicos de Sudamérica. Científicos, educadores e integrantes de organismos relacionados con la pesca de varios países del continente evalúan los impactos en los grandes ecosistemas marinos.
La reunión, llevada a cabo en París, finalizó con un pacto contra el calentamiento global. El texto, firmado por 195 países, establece como objetivo central que la temperatura media del planeta no supere los 2º C. Todos los países firmantes deberán limitar sus emisiones de gases de efecto invernadero. Además, se dispondrá de recursos para que las naciones más afectados puedan adaptarse a las consecuencias del cambio climático. A pesar de su importancia, el pacto deja varios aspectos sin resolver.
La ola de calor que afectó buena parte del país en diciembre de 2013 tuvo como actor principal al calentamiento global generado por el aumento de gases de efecto invernadero derivados de la actividad humana. La mayor concentración de estos gases, además, ha multiplicado por cinco el riesgo de que ocurra un evento de estas características extremas. Esta afirmación surge de un trabajo realizado por climatólogos argentinos y franceses recientemente publicado en el Boletín de la American Meteorological Society.
El Mar Patagónico cumple un rol clave en el control del dióxido de carbono, uno de los gases responsables del “efecto invernadero”. En el balance anual, este sector del Atlántico Sur secuestra cuatro veces más de este gas que el promedio del océano global. Sin este aporte el cambio climático sería mayor. Sin embargo, esta actividad también provoca graves consecuencias para la vida marina.
Los inviernos menos fríos, y los veranos más tórridos parecen tener una causa antropocéntrica. Pero se necesitan evidencias científicas para confirmarlo. Ahora, un estudio mostró que el aumento de la lluvia registrado durante el último siglo en el sudeste de Sudamérica no se explica sólo por causas naturales.