Frente a Ciudad Universitaria, de los depósitos de escombros arrojados en diversas momentos, surgió, con el correr de los años, un ecosistema muy particular que cobija una gran diversidad. Allí es posible ver casi el 25 por ciento de las especies de aves de la Argentina junto con cientos de otros animales y plantas. Mareas, sudestadas, semillas, nutrientes, larvas, conviven en ese espacio de más de 20 hectáreas. Especialistas revelan sus secretos y se preocupan por su conservación.
Roberto Bo
Desde 2020 las lenguas de fuego se convirtieron en una postal repetida para el Delta del Río Paraná. En lo que va del año, se registraron casi ocho mil focos con más de cien mil hectáreas afectadas. El cuadro de situación actual resulta inquietante por las condiciones ambientales de sequía y aguas bajas que se mantendrían en los próximos meses.
Más que llamarlo Bó, la mayoría le dice Roberto. Este biólogo, investigador y docente de la Universidad de Buenos Aires, capturó vinchucas en el Gran Chaco; contó mamíferos carnívoros por las noches en la estepa patagónica, y se internó en el Delta para seguir los rastros de un roedor gigante. Allí encontró su lugar en el mundo: los humedales. La naturaleza lo sigue maravillando, como el primer día en su infancia en el barrio porteño de Flores, cuando descubrió su pasión.
La bajante histórica del Paraná afecta no sólo al río sino también a los bañados, esteros y lagunas de sus alrededores que viven gracias a él. Juntos conforman un ecosistema que da vida a cientos de especies. Hoy estos ambientes están sufriendo la falta de agua. Además, algunas actividades humanas agravan el panorama.
Sequía, bajante histórica del Paraná, COVID-19 y, especialmente, la acción humana, son los principales factores de los casi 25 mil focos que se registraron en la zona este año. Actualmente, los incendios pasan por su peor momento y ya afectaron a un veinte por ciento de la superficie total del Delta.
La cuarentena por Covid-19 aquietó las aguas del Delta y mostró a los pobladores de la primera sección una presencia inesperada: el huidizo ciervo de los pantanos. Especialistas analizan las posibles razones de su avistaje y advierten que estos animales, de una especie considerada “vulnerable” a nivel mundial, corren hoy más riesgos de ser cazados que antes .