
A contramano de lo que sucede habitualmente en la ciencia, se publicaron los resultados negativos de un estudio sobre el autismo.
A contramano de lo que sucede habitualmente en la ciencia, se publicaron los resultados negativos de un estudio sobre el autismo.
Trabajando con ratones, un modelo validado internacionalmente para estudiar el autismo, un equipo de investigación de Exactas UBA hizo un descubrimiento inesperado. El trabajo, publicado en una revista científica de alto impacto, muestra la importancia de no descartar resultados que no concuerdan con la hipótesis planteada originalmente.
En el laboratorio que dirige Amaicha Depino, un equipo investigadores e investigadoras tratan de entender qué eventos, durante el desarrollo embrionario, pueden contribuir a que se produzcan trastornos del espectro autista. Sospechan que una droga utilizada como anticonvulsivante, el ácido valproico, podría estar involucrada.
Un equipo de investigadores logró revertir, en ratones, ciertos comportamientos compatibles con el autismo. En efecto, los animales que habían recibido tratamiento con un compuesto responsable de causar conductas antisociales, se volvieron más sociables al estar en contacto con ratones normales, lo cual sugiere que es posible revertir el autismo si es tratado en una etapa temprana.
Esta enfermedad, que inhibe la capacidad de los niños de comunicarse y relacionarse con los demás, podría tener un origen biológico. Un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA mostró en ratones que ciertos procesos inflamatorios en el cerebro pueden relacionarse con los síntomas del autismo.
Utilizado muchas veces para adjetivar a políticos o para señalar actitudes de ensimismamiento o desinterés social, el autismo es, sin embargo, una enfermedad compleja y de múltiples manifestaciones. Amaicha Depino dirige un equipo de investigadores que buscan causas fisiológicas que podrían ser las causantes de este trastorno.