Becas de formación atadas a los salarios
El monto de las becas del CONICET suele acompañar a los ajustes por inflación de los sueldos de investigadores pero sin reglamentación alguna que lo obligue. El diputado y ex director del CONICET Roberto Salvarezza elevó un proyecto de ley que ata los montos de las becas a los ajustes paritarios. En agosto sería tratado en comisiones.
Las becas son el método por el cual el CONICET forma los recursos humanos que compondrán el sistema científico nacional. Jóvenes egresados de las carreras de ciencias de decenas de universidades se postulan y los seleccionados acceden a la posibilidad de recibir un monto de dinero mensual para continuar dedicándose full time a formarse acompañados por investigadores e investigadoras. Están pautadas en dos categorías, una destinada a realizar el doctorado y otra para posdoctorado. Históricamente, el monto de las becas se ajustaba a los incrementos paritarios negociados por el gremio UPCN y era responsabilidad del directorio del CONICET hacer efectiva esa relación, lo mismo que un bono bianual a modo de aguinaldo. Pero este año se prendió la luz de alarma.
Los más de 11 mil becarios y becarias del CONICET de todo el país pudieron advertir que la “cláusula gatillo”, negociada en 2017 por UPCN y que había impactado en los salarios de los investigadores, no tenía correlato en el monto de las becas. Esto motivó un fuerte reclamo por parte de colectivos de becarias y becarios que también exigieron que se hiciera efectiva la paritaria de 2018, de un 15 por ciento. Después de una toma pacífica del Ministerio de Ciencias, Tecnología e Innovación Productiva a fines de junio, obtuvieron la promesa oficial de que se haría efectiva la aplicación de la cláusula gatillo y que recibirían el incremento salarial del 15 por ciento.
En ese contexto, el diputado del Frente Para la Victoria y ex presidente del CONICET Roberto Salvarezza presentó hace pocos días un proyecto de ley de “Recomposición de Estipendios del Becario CONICET” que plantea asociar formalmente los montos de las becas con los salario de investigadores e investigadoras. “El proyecto nace de la oportunidad. Durante todo el tiempo que estuve a cargo del CONICET, el directorio garantizaba que los aumentos paritarios se trasladaran a las becas. Esto era, de alguna manera, una garantía”, explica el autor del proyecto. Pero el aval del Directorio como único mecanismo para la movilidad salarial entraña sus riesgos. Al respecto, Salvarezza explica que “si bien era una determinación institucional, se hacía en un marco donde el sistema científico crecía; era difícil imaginar que existirían dificultades para que eso continúe. Vimos que en esta gestión estaban amenazados los procedimientos que nosotros habíamos usado para las becas y la idea fue garantizarlos”.
Montos enlazados
En lo concreto, el proyecto de ley asocia a las becas con cargos de investigación. Doctorales y posdoctorales actualizarían los estipendios de manera automática en relación a los montos que perciban los investigadores de la categoría Asistentes: Para becarios y becarias de doctorado, correspondería el 80 por ciento de lo que gana un Investigador de Carrera Asistente y el 90 por ciento para posdoctorado. En su artículo segundo, el proyecto especifica que los porcentajes comprenden las percepciones que los Investigadores Asistentes “cobren por cualquier causa, tanto de origen normativo como provenientes de la negociación colectiva, incluyéndose tanto el sueldo básico como adicionales”.
También propone abonar cada semestre, a manera de aguinaldo, el 50 por ciento del mayor estipendio que se registre en ese periodo. Y se reafirma una conquista de años anteriores que se mantiene actualmente, dejar explícito el beneficio de obra social para becarios y becarias de contar. Pero eso no es todo. “Fuimos con un proyecto de ley que establece paridad, volvimos a incorporar el tema de obra social y dimos un paso más, que era un reclamo sobre el que habíamos trabajado en 2015, durante mi gestión frente al CONICET: el tema previsional”.
El artículo cuarto se ocupa de determinar la incorporación de becarios y becarias en el régimen previsional a partir de aportes y contribuciones. La salvedad es que, aportarían “sin por esto considerarse que exista relación de dependencia de ningún tipo entre estos y el Estado Nacional”. Salvarezza agrega que “la situación previsional de los becarios debe solucionarse, son entre 5 y 9 años de formación en los que no se podrán generar aportes ni computar años de antigüedad para una futura jubilación y eso lo siente la gente”, explica. Esta propuesta también introduce una discusión que podrá zanjarse en algún escenario futuro, el de la interpretar la beca como forma de trabajo versus la beca como instancia educativa, y sus grises; y Salvarezza también lo advierte. “Más allá del planteo de este proyecto, no está todavía saldado el debate sobre el estatus de los becarios dentro del organismo, que no es un problema único del CONICET porque hay becarios en la Universidad de La Plata, becarios en la UBA, donde los busques. Y es un problema que no pretendíamos salvar con esta ley. Es una discusión, entonces, que hay que darla con otros actores, con todas las instituciones”.
Del proyecto a la ley
El deterioro salarial resulta evidente al enfrentar el índice de inflación con los resultados de las negociaciones paritarias. Si corre riesgo el acompañamiento de las paritarias al monto de las becas, el deterioro se volvería dramático, teniendo en cuenta los cerca de 19.000 pesos que componen el beneficio que ofrece el CONICET (con algunas variaciones por zonas geográficas). Al respecto, Salvarezza indica que “las becas son una herramienta que teníamos para, de alguna manera, fortalecer el sistema científico, porque de esos becarios es de donde uno selecciona después a los investigadores. Si vos le decís a los jóvenes que van a entrar muy pocos a la Carrera de Investigador y les ponés una beca que está por debajo de la línea de pobreza, ¿qué graduado universitario va a querer ser investigador en este país?”.
El proyecto de ley tiene comisión cabecera en Ciencia y Técnica, con posible dictamen en la segunda semana de agosto. Una vez aprobado por esta comisión –cuestión que se descuenta–, deberá ser aprobado por la Comisión de Presupuesto porque, obviamente, tiene una implicancia presupuestaria. Habrá que esperar cómo impacta las posibilidades de su aprobación de cara al dramático recorte presupuestario que deberán tratar los legisladores de ambas cámaras a pedido del Ejecutivo. En los próximos meses quedará evidenciado.