Un trabajo publicado en la revista Science responde una pregunta que lleva décadas dando vueltas por el mundo científico. El hallazgo brinda herramientas para mejorar el pronóstico del tiempo y tiene impacto en el entendimiento del cambio climático.
Pablo Mininni
Una de las cien computadoras más potentes del mundo llegará en breve a la Argentina. Estará instalada en el Servicio Meteorológico pero será utilizada por todos los grupos de investigación que así lo requieran. El nuevo equipo, que estará en funcionamiento en algunas semanas, constituye una herramienta indispensable para el desarrollo científico y tecnológico de nuestro país.
Un equipo de investigación argentino francés consiguió, por primera vez en un laboratorio, medir los nudos en un flujo de manera directa y corroborar, a través de simulaciones numéricas, las cantidades medidas en el experimento. El logro permite saber cuántos datos se necesitan para reconstruir un mapa de trayectorias, lo que resulta muy útil frente a diversos problemas, como una proyección de cambio climático o para entrenar una red neuronal.
Con dos décadas de actividad en órbita, la Estación Espacial Internacional es la construcción más alejada de la Tierra que los seres humanos han podido habitar. Fruto de la colaboración de las agencias espaciales de Estados Unidos, Rusia, Japón, Europa y Canadá, se trata de una base para realizar experimentos clave, en un marco de microgravedad, para investigar en diversos campos de la ciencia. También constituye el puente para programar futuras misiones a la Luna y a Marte.
No se vislumbra un amesetamiento en el número de casos diarios en el Área Metropolitana de Buenos Aires para los próximos 15 días. De hecho, es probable que los casos diarios sigan creciendo, al menos, durante los 45 días que vienen. Esos son algunos de los resultados de un pronóstico efectuado con un modelo epidemiológico que considera la movilidad y que demostró ser científicamente consistente.
Un grupo de investigadores demostró que los datos de geolocalización provistos por los teléfonos celulares permiten inferir las tasas de contagio y pronosticar la evolución de la epidemia de manera muy consistente. El trabajo analizó el movimiento de alrededor de un millón de dispositivos móviles en los 41 distritos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) a lo largo de 60 días.