
Ambrosio O’Higgins proyectó en 1763 estas guaridas en alta montaña luego de que casi muere congelado al cruzar los Andes. Años después, los mismos refugios salvaron la vida de su hijo, Bernardo O`Higgins, el libertador chileno, y su familia. Por allí, también pasaron San Martín, Sarmiento y Darwin, entre otros. Paredes de ladrillos antiguos que guardan historias sacadas a la luz en una reciente publicación de Beatriz Aguirre Urreta y Víctor Ramos.