Lluvias intensas de otoño:¿Raras o esperables?
Una vez más gran parte de nuestro país se vio afectado por el impacto de un fenómeno meteorológico que produjo muy importantes cantidades de lluvia en diversas localidades, que en algunos casos resultaron en desbordes de ríos e inundaciones. Este evento, que se prolongó por varios días, tuvo una gran cobertura por parte de los medios… Ver artículo
Una vez más gran parte de nuestro país se vio afectado por el impacto de un fenómeno meteorológico que produjo muy importantes cantidades de lluvia en diversas localidades, que en algunos casos resultaron en desbordes de ríos e inundaciones. Este evento, que se prolongó por varios días, tuvo una gran cobertura por parte de los medios que -en gran medida- interpretaron que el Cambio Climático es el gran responsable de lo ocurrido.
Si bien existen evidencias científicas de que el calentamiento global estaría induciendo un incremento en la magnitud de los episodios de lluvia intensos, ese cambio sigue siendo todavía muy pequeño en relación con aquel que produce naturalmente el clima. La atmósfera puede, naturalmente y por sí misma, producir inusitadas cantidades de lluvia en lugares relativamente secos, como sucedió en Neuquén.
Como mencionamos en notas anteriores, estas lluvias han sido favorecidas por el desarrollo de un sistema de baja presión que, desde el Pacífico sudeste, ha progresado sobre nuestro país en forma muy lenta, produciendo por varios días fenómenos meteorológicos de alto impacto.
La siguiente figura, resultado de investigaciones realizadas en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, muestra la trayectoria de estos sistemas de baja presión -conocidos como bajas segregadas- que afectaron a nuestro país durante el otoño entre 1998 y 2008.
El trabajo permite afirmar que las bajas segregadas son un fenómeno natural que afecta frecuentemente a nuestro país en el otoño. En promedio, se desarrollan entre dos y tres eventos de bajas segregadas por año que, durante su paso por el continente, pueden producir lluvias y nevadas.
La siguiente figura presenta el porcentaje de la lluvia de otoño asociada en promedio con este fenómeno. Así, por ejemplo, puede observarse que más del 30% de la lluvia de otoño en la región Cuyana se asocia con las bajas segregadas (áreas en color naranja).
NOTA: Las áreas blancas indican falta de información.
Resulta entonces evidentemente esperable que regiones extensas de nuestro país lleguen a ser impactadas por la ocurrencia de estas bajas segregadas que den lugar a eventos de precipitación, que pueden ser moderados pero también extremos, como los ocurridos en los últimos días.
Asimismo, cabe mencionar que las bajas segregadas pueden ser pronosticadas con varios días de antelación y con un buen grado de confiabilidad como lo ha venido haciendo en este caso el Servicio Meteorológico Nacional. Pero la reducción del riesgo de desastre que pueda producirse a partir de un evento meteorológico como éste no sólo requiere de buenos pronósticos meteorológicos, sino también de medidas estructurales y no estructurales que reduzcan las condiciones de vulnerabilidad y exposición de nuestra población y de nuestra infraestructura al embate de este tipo de fenómenos. El conocimiento de que estos fenómenos forman parte del clima natural esperado sobre nuestro país debe ser un importante aliciente para planificar el ordenamiento terroritorial necesario que ayude a mitigar sus impactos.