El amanecer y el anochecer desafían a nuestra visión. Estar preparado para un cambio en la iluminación puede ser crítico para la supervivencia. Un equipo de científicos de Alemania y de Argentina desentrañó un mecanismo ancestral que nos hace agudizar la vista en esos dos momentos diarios en los que la luz solar flaquea.
Gabriel Stekolschik GSTEKOL@DE.FCEN.UBA.AR
Bioquímico y Master en Comunicación Científica. Integrante del Centro de Divulgación Científica (Exactas-UBA).
Publicaciones
La manera en que elegimos entre dos opciones se estudió en detalle en laboratorios de todo el mundo. Ahora, un equipo de investigadores argentinos desarrolló un modelo que describe cómo reaccionamos -fuera del laboratorio- ante múltiples alternativas. Fue probado con éxito en el juego de ajedrez y en un popular sitio de ventas online.
Una variante genética que está presente en el 85% de nuestra población brinda mayor protección contra la bacteria Mycobacterium tuberculosis. El hallazgo, efectuado por un equipo multidisciplinario de investigadores, también muestra que esa variación genética protectora no discrimina por sexo o por etnia.
Un equipo de investigadores analizó la dinámica de las poblaciones de vinchucas, a lo largo de 18 años en cuatro localidades del norte argentino, y demostró que su abundancia varía de acuerdo con la Ley de Taylor. El hallazgo derriba algunos mitos, lleva a repensar las estrategias de control y, principalmente, posibilita anticipar los lugares en donde se producirá un brote. Ahora, los científicos intentan replicar el estudio con el mosquito Aedes aegypti.
Porque su combustión produce energía y agua, suele ser idealizado como el “combustible del futuro”. Pero el hidrógeno ya hace bastante tiempo que se está utilizando como vector de energía y, lejos de las aspiraciones ambientalistas, la mayor parte de los millones de toneladas que se producen y consumen anualmente generan dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero.
Desde tiempos inmemoriales se sabe del poder que tiene el frío para conservar. No obstante, recién en el siglo XX se empezaron a usar las bajas temperaturas para mantener la vida en estado “suspendido”. Así se preservan hoy células y embriones vivos. Ya se logró revivir animales “freezados”. Cientos de personas permanecen congeladas esperando una tecnología que las resucite.