La bajante histórica del Paraná afecta no sólo al río sino también a los bañados, esteros y lagunas de sus alrededores que viven gracias a él. Juntos conforman un ecosistema que da vida a cientos de especies. Hoy estos ambientes están sufriendo la falta de agua. Además, algunas actividades humanas agravan el panorama.
sequía
Intensa por sus marcas, persistente por la larga duración y amplia por la zona geográfica que abarca, la bajante histórica del Paraná no ofrece perspectivas de cambio en el horizonte cercano. Especialistas analizan las posibles razones del fenómeno y cuánto se puede vincular con el cambio climático global.
Las variaciones naturales de temperatura sumadas al cambio climático pueden tener efectos sobre la precipitación y el caudal de los ríos. En la cuenca del Plata, la consecuencia es un incremento de las lluvias y un aumento del caudal hídrico. En cambio, en la región andina, las sequías pondrían en riesgo la disponibilidad de agua.
Investigadores de Exactas UBA detectaron una actividad curiosa, poco habitual, en una proteína llamada ASR que permite a las plantas soportar mejor situaciones adversas como la escasez de agua. Ya se ha probado su eficacia, al introducirlas en plantas como maíz y arroz.