Cada año, a mediados de octubre, se produce un encuentro esperado en la provincia de Buenos Aires. El biólogo Diego Tuero espera el regreso de unas aves migratorias muy particulares, que viajan unos 4.500 kilómetros desde el norte de Sudamérica. Un vuelo extenso, extenuante, que deja a la mitad en el camino. Quizás, lo curioso sea que algunas lo completen. Es que, en teoría, la forma de su cuerpo les debería jugar en contra.
migraciones
Por primera vez en Sudamérica, la mirada científica sigue de cerca distintas poblaciones de un ave que puede recorrer 4.500 kilómetros de distancia para hacer su nido y reproducirse en primavera. Y, luego, otros tantos kilómetros para volver a su sitio de partida, a pasar el invierno. Casi la mitad de las tijeretas que se lanzan a este viaje, mueren en el intento. Detalles de esta migración que busca ser reconstruida por investigadores de la Argentina, Brasil y Estados Unidos.
Todos algunos vez nos topamos con especies que vienen al país tras volar miles y miles de kilómetros. Son las aves migratorias. En el mundo, cada año 50 mil millones de individuos emprenden sus viajes con variados destinos y los científicos las siguen de cerca con ayuda de diferentes tecnologías.
Científicos argentinos lograron definir la ruta y el lugar donde pasa el invierno una pequeña ave migratoria que vuela más de cinco mil kilómetros por Sudamérica. La especie resulta una pieza clave para regenerar el ecosistema de bosques patagónicos dañados por el fuego, la actividad volcánica y otras catástrofes.