
En ratones, un equipo de investigación consiguió revertir parcialmente los daños que provoca la enfermedad de Alzheimer. Mediante un protocolo de restricción alimentaria, redujeron el déficit cognitivo y disminuyeron las lesiones cerebrales sin que los animales pierdan peso. Los resultados adquieren particular relevancia frente a la ineficacia de los tratamientos farmacológicos actuales.