Un grupo de geólogas y geólogos lograron datar un “joven” aluvión ocurrido en 1997 en el volcán Domuyo. También averiguaron que ese año se produjo un récord de lluvias en esa región del norte neuquino. Con esos datos, el equipo señala que, en los períodos con abundantes precipitaciones en la zona, aumenta el riesgo de que se produzcan avalanchas que pueden provocar graves consecuencias, incluso la pérdida de vidas humanas.
Andrés Folguera
El bosque sumergido, una atracción turística del Lago Traful, en el Parque Nacional Nahuel Huapi, se asienta en un bloque de roca que se desplaza hacia el fondo del lago y que, si se produjera un desmoronamiento repentino, podría generar una catástrofe para la población que habita en las orillas del lago, según indica un estudio realizado por geólogos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.
Se lo creía extinguido, pero desde 2014 está creciendo a un promedio de 11 centímetros por año, según estudios realizados a partir de información satelital. Los datos alertan sobre el riesgo de una posible erupción, que podría afectar en forma directa a varias ciudades del norte de la provincia de Neuquén. El Domuyo tiene una historia de explosiones dramáticas.
El levantamiento de Los Andes no se limita a la cordillera, sino que se está extendiendo hacia el este, en la provincia de Chubut. Lo evidencia el hallazgo de rocas antiguas montadas en época reciente sobre depósitos más nuevos, como producto de un movimiento sísmico.
La historia de los Andes es una secuencia en que algunas regiones gozaban del ascenso, mientras que otras iban derecho al descenso, según un trabajo reciente de los investigadores Andrés Folguera y Víctor Ramos, integrantes del Departamento de Ciencias Geológicas de Exactas.