La renuncia en bloque de la totalidad del directorio de la Agencia I+D+I puso de manifiesto la parálisis que afecta, desde la asunción del gobierno de Javier Milei, a un organismo clave en la financiación de proyectos científicos y tecnológicos del país. Su achicamiento al extremo o incluso su desaparición son los destinos más probables dispuestos por la actual administración. La incertidumbre es total.