En el Laboratorio de Limnología, Haydée Pizarro y su equipo se dedican a investigar los efectos tóxicos del glifosato sobre los cuerpos de agua dulce. Para ello experimentan en tanques de agua ubicados en el Campo Experimental de la Facultad y, próximamente, en la represa de Salto Grande, región influenciada por gran cantidad de tierra cultivada con soja.
ecología
Vino en barco desde Asia a principios de la década del noventa. Se instaló en la Cuenca del Plata y desde entonces se ha extendido a Paraguay, Brasil y Uruguay. Se lo conoce como mejillón dorado y es uno de los bivalvos exóticos, invasores de agua dulce, que ocasiona problemas biológicos con implicancias económicas de gran importancia en todo el mundo.
Investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y el Museo Argentino de Ciencias Naturales hallaron que el mejillón dorado, que invade ríos y embalses de la Argentina, puede descomponer el herbicida presente en las lagunas de las pampas cultivadas con soja.
Cada año se abren las tranqueras para que nuevas hectáreas sean cultivadas, mientras el paisaje original pierde terreno. El borde de los caminos constituye un espacio cuya conservación serviría de refugio para la flora y fauna silvestre ante el avance de los sembradíos.
Un contrabando inesperado suele arribar en navíos: las especies exóticas que pueden desplazar a las nativas y generar daños de importancia en el medio ambiente. Un grupo de investigación de la Facultad, encabezado por Demetrio Boltovskoy, publicó un trabajo en Environmental Science & Policy que puso bajo el microscopio agua de lastre de 194 buques mercantes en cinco puertos de la Argentina.
El mejillón dorado apareció en las aguas del Río de la Plata en los años 90. Posiblemente haya sido traído sin intención desde China, de donde es oriundo, con agua de lastre de los buques cargueros. Desde entonces ha colonizado con éxito la cuenca de muchos de nuestros ríos. Demetrio Boltovskoy y su equipo estudian el impacto de este molusco en el ambiente nativo.