Un estudio llevado a cabo en ratones, señala que las madres desnutridas muestran ciertos signos de depresión y están más ansiosas que aquellas que reciben las proteínas necesarias para una buena alimentación. Pero esta carencia, no solo las afecta a ellas, sino que las consecuencias se transmiten a sus crías, a las que les costará más lidiar con el estrés a lo largo de su vida.