El corazón mirando al Sur
El Gobierno nacional entregó los Premios RAICES a científicos argentinos destacados que residen en el exterior pero mantienen fuertes lazos con la comunidad científica nacional. De los catorce galardonados, nueve son graduados de Exactas. También recibieron un reconocimiento científicos extranjeros que promovieron la cooperación con la Argentina.
El jueves 6 de octubre estuvo poblado de eventos con eje en el mundo científico. A la mañana, temprano, se puso al aire la señal de prueba del nuevo canal de ciencia, Tecnópolis TV. Al mediodía, llegó el acontecimiento central: la presidenta Cristina Fernández de Kirchner inauguró, junto con el ministro Lino Barañao, el Polo Científico Tecnológico en el predio que ocuparon las ex Bodegas Giol. Y a la tarde, con lluvia, el último acto del día, discreto y emotivo: la entrega de los premios RAICES y los premios Luis Federico Leloir en su versión 2011.
Los dos premios son otorgados por la Dirección Nacional de Relaciones Internacionales del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación. El RAICES tiene como objetivo destacar la actuación de investigadores argentinos residentes en el exterior “que hayan promovido la vinculación, fortaleciendo las capacidades científicas y tecnológicas del país”. El Leloir refleja el camino inverso, está destinado a los investigadores extranjeros que favorecen el intercambio y la colaboración de los científicos locales.
En esta edición, de los 14 premios RAICES que se entregaron, nueve correspondieron a graduados de Exactas (ver recuadro). Como ocurre desde su reciente implementación (los primeros se otorgaron en 2010), los científicos galardonados fueron elegidos a partir de una consulta realizada desde la Dirección Nacional de Relaciones Internacionales del Ministerio a personalidades destacadas del ámbito científico local.
La ceremonia tuvo lugar en el auditorio OSDE, en Catalinas Sur. La encabezaron el ministro Lino Barañao y la directora nacional de Relaciones Internacionales, Águeda Menvielle, que fueron los encargados de entregar los premios. El auditorio estaba poblado por familiares, amigos y colegas de aquellos que recibirían los premios, autoridades de distintos sectores y científicos locales.
A medida que los locutores los convocaban, los premiados recibían la placa y el diploma de manos de Barañao y Menvielle para después dirigirse al micrófono y decir las palabras de ocasión. Todos los discursos, que fueron tan breves como personales y afectivos, tuvieron eje en destacar el cambio de rumbo de la política en ciencia y tecnología de la Argentina en los últimos 10 años y en agradecer a los colegas con los que se llevaron a cabo las colaboraciones.
Silvia Braslavsky, doctora en química e investigadora del Instituto Max Planck de Química Biológica, en Alemania, fue la primera en recibir el premio RAICES. “Agradezco al Ministerio no solo por este premio sino también por el enorme apoyo e impulso al desarrollo científico y tecnológico en la Argentina y los felicito por la naturaleza de los programas emprendidos en estos últimos años”, indicó a la hora de tomar la palabra, y agregó que “este premio es una de las muchas medidas que revierten el comportamiento gubernamental frente al desarrollo científico y tecnológico luego de décadas de desprecio por la ciencia y de maltrato a los científicos y tecnólogos en nuestro país”.
Otro de los premiados, Adrián Roitberg -graduado de Exactas al igual que Braslavsky- se refirió a la importancia social de su formación en instituciones educativas públicas. “Este país me formó gratis. Yo no puse un peso, y mi formación debe considerarse como un bien social. La gente ha pagado sus impuestos para que yo estudie”, sostuvo emocionado. Y cerró indicando que el RAICES “es un premio a la colaboración pero yo quiero darlo vuelta. A mí me dejaron colaborar con la gente de argentina, el que salió ganando sistemáticamente fui yo, así que gracias a mis colaboradores”.
El cierre estuvo a cargo del ministro Barañao. “Como bien decía el doctor Houssay, la ciencia no tiene patria pero los científicos sí, algo que ha sido reiterado por muchos de ustedes en sus palabras de agradecimiento. En general, a los científicos se los premia por el reconocimiento de sus pares, y esto está asociado a algún hallazgo particular, a alguna contribución abstracta o algo que beneficie a la humanidad, con lo cual no hay una connotación afectiva fundamental en ese tipo de reconocimiento”, dijo Barañao refiriéndose a los premios tradicionales a la labor científica. Y los comparó con el RAICES, “esto es todo lo contrario, lo importante es la connotación afectiva. Nosotros queremos agradecer a todos los argentinos a los que consideramos parte del tejido social de nuestro país y que están contribuyendo de manera muy eficaz a la mejora de la calidad de vida de la gente y también a los ciudadanos de otros países que en muchos casos también han colaborado con el desarrollo de la ciencia en nuestro país”.
RAICES: Los premiados
Entre los 14 premios RAICES, nueve correspondieron a investigadores graduados de Exactas. Ellos son: Silvia Braslavsky, Oscar Burrone, Alejandro Kacelnik, Adrián Roitberg, Mario Amzel, Luis Caffarelli, José Eduardo Wesfreid, Isidoro Orlanski y Eugenia Kalnay. También fueron distinguidos Silvio Gutkind, Iván Izquierdo, Juan Carlos Kaski, Marcelo Kazanietz y Blas Frangione.